Cómo Ser Libre De La Ofensa Por Medio Del PerdónMuestra
Descubriendo el perdón
"Enseñemos a perdonar; pero enseñemos también a no ofender. Sería más eficiente." José Ingenieros
1. El perdón es una decisión y no un sentimiento.
- "No, es que no lo siento todavía… Cuando lo sienta, lo haré." Es una de las frases más comunes sobre este tema. La usamos como una defensa frente a nuestra posición de no perdonar, pero la Madre Teresa de Calcuta lo describió muy bien:
"El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió."
2. El perdón es un evento, pero también un proceso.
Un evento porque se ejecuta en el mismo instante que decidimos no cargar más con eso. En un segundo puedo decir, "Hoy decido perdonar a mi padre porque él me dañó de esta manera. Lo perdono por lo que me hizo y lo libero. Ahora me saco este peso de mi corazón y de mi mente y renuncio a vengarme y a retener esos recuerdos dolorosos, etc."
Eso es posible en un momento. Ahí mismo ocurre un cambio espiritual profundo, aunque no sintamos nada. El poder de las tinieblas es quebrantado, sin lugar a dudas.
Sin embargo, el proceso del perdón implica tomar otras medidas, como por ejemplo, evaluar qué huellas dejaron las heridas en mi personalidad, manera de ser y/o forma de relacionarme con los demás, para erradicarlas de mi vida.
Para esto, en algunos casos se requiere ayuda de algún consejero o asesor.
Un buen proceso también involucrará luchar con emociones que todavía quieren gobernar las acciones, y una batalla con los recuerdos que nos traen estos mensajes: "Mira, sigues igual. Quizás no perdonaste realmente", o "Estás así porque lo que te hicieron es tan grave que no podrás sacártelo de encima jamás."
3. El perdón es una posición que hay que defender, y un camino que recorrer.
Cuando nos decidimos por el perdón, debemos mantenernos allí y esa tarea no será sencilla, porque tendremos que combatir con recuerdos y pensamientos que nos quieren hacer volver atrás. Lo fácil es quedarse como antes; lo difícil es encarar el camino de libertad y paz, porque no es un camino de la mayoría.
Por otro lado, cuando se trata de seres queridos y gente cercana, mantener una posición de perdón, incluye procurar, paulatinamente, la restauración de la relación con ellos.
4. El perdón no pone condiciones, pero tampoco significa aprobación.
En ocasiones, queremos perdonar solamente a quien muestra arrepentimiento. O perdonamos, pero con la expectativa de que en ese momento el otro cambie. Cuando no sucede ni lo uno ni lo otro, retrocedemos. Perdonar no tiene que ver con el otro, sino con nosotros. Perdonamos porque es lo que corresponde y porque queremos estar libres de ese peso. No estamos aprobando la conducta o actitud de la otra persona. Estamos aceptando que lo que guardamos en nuestro interior nos hace daño.
5. El perdón hacia los demás se sustenta en la verdad de que nosotros también necesitamos (y necesitaremos eventualmente) ser perdonados.
Creer que nunca estaremos en la posición de ofensores que necesitan perdón y misericordia, es un grave error.
¿Qué dice Dios sobre esto?
1. No somos responsables de lo que otros nos hicieron, pero si somos responsables de la forma en que respondemos a los problemas interpersonales, y a las ofensas que recibimos de los demás.
"Vivan en armonía unos con otros. No sean orgullosos, sino pónganse al nivel de los humildes. No presuman de sabios. No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Hasta donde dependa de ustedes, hagan cuanto puedan por vivir en paz con todos." (Romanos 12:16-18 DHH)
2. La paz es un activo importantísimo para que el ser humano viva en armonía con sus iguales, pero también con su Creador.
"Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor." (Hebreos 12:14 NVI)
Escrituras
Acerca de este Plan
"Cómo ser libre de la ofensa por medio del perdón". Es un proceso de seis semanas con temas diarios para leer y meditar, junto con dinámicas personales y desafíos de ajuste y cambio. Convencidos de que la libertad es una herencia irrenunciable para todo hijo (a) de Dios, organizamos conceptos sencillos que apuntan a recuperarla, si nos la dejamos robar, o a mantenerla, si estamos en buenas condiciones.
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Nos gustaría agradecer a DISCIPULADORES21 por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite:https://www.intimidad-con-dios.com/