Cómo Ser Libre De La Ofensa Por Medio Del PerdónMuestra

El precio de no perdonar II

"Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar." Gandhi

Este sencillo cuento, cuyo autor desconozco, nos deja varias enseñanzas:

"Un día el maestro nos pidió de tarea que lleváramos papas crudas y una bolsa de plástico. Nos dijo que pusiéramos en la bolsa plástica una papa por cada persona hacia la que guardábamos resentimiento y que escribiéramos su nombre en ella. Nos pidió que durante una semana lleváramos con nosotros, a todos lados, esa bolsa de papas en la mochila. ¡Algunas bolsas eran realmente pesadas!

Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo. El fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento, me demostró claramente el peso que cargaba a diario en mi corazón y en mi vida debido al resentimiento.

También aprendí que mientras ponía mi atención en ella, para no olvidarla, desatendía cosas que eran más importantes para mí

Este ejercicio me hizo pensar sobre el precio que pagaba por no perdonar "algo" que ya había pasado y no podía cambiar. Todos tenemos papas pudriéndose en la mochila sentimental." Anónimo.

Cuando no perdonamos:

1. Exponemos nuestra integridad física con algo que se descompone, nos contamina y que terminará enfermándonos. Investigaciones serias demuestran que el resentimiento y la falta de perdón aumentan la presión sanguínea, bajan las defensas del organismo, fomentan la depresión y causan mucho estrés. Incluso algunos relacionan ciertos tipos de cáncer con amarguras y rencores.

2. Exponemos a nuestro entorno, porque todos los que se nos acercan se contagian con el mismo virus. No hay forma de que nuestras relaciones no se vean afectadas cuando cargamos dolor.

3. Exponemos nuestra libertad. No podemos movernos libremente con ese peso encima. Nos quita. Nos obstaculiza. Nos hace lentos. Nuestro potencial personal queda limitado.

4. Exponemos nuestra salud mental y emocional, porque nuestro ser se concentra en lo que tenemos en la espalda, y cargamos con la misma información y escuchamos las mismas conclusiones negativas en nuestra mente por donde vayamos: todo un lastre emocional y mental.

Esto es sólo un modelo de cómo hacerlo, que muestra la importancia de algunos elementos:

1. Perdonar en obediencia, por decisión y no por sentimientos.

2. Verbalizar el perdón en oración frente a Dios.

3. Mencionar a quién y qué perdonamos.

4. Luego de perdonar, declarar libertad sobre el ofendido y el ofensor.

Utilícelo por cada una de las personas a quiénes debe perdonar.

COMPROMISO CON DIOS: Ahora, ¿Qué hará al respecto?