El valor de la obediencia en la vida espiritualMuestra
“Después de todo esto Dios puso a prueba a Abraham. Le dijo: Abraham! Y él le dijo: Aquí estoy. Luego Dios dijo: Toma a Isaac, tu amado hijo único, ve a la tierra de Moria y ofrécelo como un sacrificio que debe quemarse completamente, en la montaña que yo te indicaré…”. Génesis 22:1-12
La obediencia mostrada refleja la comunión que se tiene con Dios – parte I
La obediencia refleja también una realidad: comunión con Dios. Tiene que ver con lo que hay detrás de la obediencia. ¿Qué cree usted que hay detrás de la obediencia? ¿Qué es lo que hace posible la obediencia? Una vida de comunión.
La ecuación de la obediencia es:
Intimidad ----- Confianza ------- Obendiencia
La intimidad precede a la confianza y ésta precede a la obediencia
Si usted no cultiva la intimidad y la comunión con Dios, jamás podrá obedecer al nivel que Dios lo exige.
Esa decisión de Abraham de obedecer a Dios sin titubear, al punto de estar dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac, sólo podía provenir de una vida de relación y comunión íntima con Dios. Cuanto más conozca a Dios, por experiencia personal, no porque se lo contaron o simplemente lo leyó, más podrá confiar en él, y más fácilmente se sujetará en obediencia.
No hay crecimiento en la fe aparte de la comunión con Dios. Sin comunión no hay obediencia, sin obediencia la fe no obra.
¿Y cuál es la respuesta de Dios a nuestra obediencia? Más revelación y más intimidad. Lo mismo ocurre con nosotros. La intimidad es la respuesta de Dios a nuestros actos de obediencia. En Juan 15:14 leemos: “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando (si obedecéis)”.
La obediencia de Abraham le ganó la intimidad con Dios. Por eso Abraham fue llamado amigo de Dios (ver destrucción de Sodoma y Gomorra). Y en Juan 14:21 y 23 leemos: “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, éste es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (21). ¿A quién se manifestará el Señor? Al que tiene sus mandamientos y los guarda. ”El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él” (23).
Como puede observar la obediencia trae intimidad con Dios, y luego la intimidad nos capacita para obedecer más plenamente a Dios. Ambas, comunión y obediencia, se implican recíprocamente.
Acerca de este Plan
La obediencia es un factor esencial en la vida espiritual. Afecta la fe, el crecimiento espiritual, la santidad, el amor y toda gracia en nuestra vida. Sin obediencia nuestra fe es mera profesión verbal, sin firmeza. La obediencia comprueba nuestra fe e identidad como hijo de Dios. Somos llamados, pues, a actuar en obediencia a Dios, y a su autoridad delegada: padres, autoridades civiles, líderes espirituales, etc.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/