Camino a Mi Encuentro Con DiosMuestra
La dirección de Dios a través del desierto
El Éxodo producido a raíz de este suceso se realizó en medio de gran excitación y emoción del pueblo de Israel hacia la libertad. Rápidamente Dios les respondió cuidándolos en su partida con una gran columna de nube y fuego. Apenas iniciada la marcha se encontraron con una crisis que no podrían enfrentar por medios propios: primero cruzar el mar rojo y luego caminar a través del desierto. Es por esto que dirigió a su pueblo a través del camino de la angustia, para entrenarlos y que no piensen en más opciones sino en confiar solo en Él.
Cuando nosotros comenzamos el evangelio, comienza nuestro caminar en Cristo y entonces Dios comienza a tratarnos y nos dice: “Niéguese a sí mismo y tome su cruz y sígame”. ¿Qué significa esto? Esta es una explicación muy elocuente de lo que quiere decir Jesús con sus palabras "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo" (Mateo 16:24 RVR1960). ¿Qué trata de ejemplificar Jesús con esto? Que como sus seguidores debemos renunciar a nuestro derecho de dirigir nuestra vida y que debemos someternos a su liderazgo y a su señorío. Y esto es fundamental para todo el discipulado ya que, sin ello, no puede haber un discipulado genuino.
¿Hay muchos cristianos, pero relativamente pocos discípulos? Llevar la cruz es sufrir por el evangelio, dar tu vida por el evangelio, pasar humillaciones, dificultades, pruebas, someter tu carne, etc. Para convertirnos en verdaderos discípulos es importante cruzar el desierto, porque en un desierto hay arena, sol, calor, frio, animales ponzoñosos, etc; en nuestra vida es común encontrarnos con la desesperación, el miedo, la muerte, el desaliento, la impotencia, el desánimo y quizá anhelar vivir como en el pasado. Por eso, Dios a través del desierto nos entrena para que dependamos de Él totalmente. Por ejemplo, el pueblo de Israel en el desierto de Shur, aprendió que Dios era su proveedor; en el desierto de Redifim, supo que Dios era su libertador; en el desierto de SIN, Dios proveyó el agua del manantial. Esto nos deja ver que Dios se muestra en nuestra vida y nos dice: Confía en mí, yo seré tu proveedor, tu sanador, tu protector; pues, a partir de ahora, yo seré tu Dios y Señor.
Acerca de este Plan
En estos diez días, aprenderemos a través del libro de Éxodo como Dios guió a su pueblo escogido en medio del desierto para mostrarle su poder y amor. También descubriremos que luego de la salvación de Dios, Él nos llama a caminar, a depender, a vivir y encontrarnos día tras día con Él.
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Nos gustaría agradecer a Casa para Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/casaparadios/