El poder de la sangre

A través del poder de la sangre podemos vencer al mundo. Este poder se manifestó a favor del pueblo de Israel “y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer” . Aproximadamente 1500 años después, ese cordero vino a ser nuestro Señor Jesus, quien dio su vida por ti y por mí. En Tito nos refiere “se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. Así que cuando hay problemas, tentaciones o dificultades sin solución, pintémoslos con la sangre redentora. La única forma de rescate para los primogénitos de Israel durante la pascua fue a través de la sangre del cordero; así el ángel del juicio pasaba de largo cuando veía la señal de la sangre.

Muchas personas ignoran la sangre de Cristo, pero Él proporcionó la sangre para la salvación junto con la carne para el sustento. La carne del cordero debía comerse junto al pan sin levadura y las hierbas amargas. Esto hace referencia a una vida diferente, y simbolizan la angustia de la esclavitud en Egipto. La intención de Dios al pintar con la sangre la puerta principal de entrada es indicar el deseo de que la influencia de la sangre alcance a toda la familia; es decir, la salvación y perdón de pecados, así como los que estaban dentro del arca de Noé o de la casa de Rahab fueron preservados. Solo podemos ser salvos cuando permanecemos dentro de la fe en el Señor. La noche del juicio, los primogénitos egipcios no recibieron la sangre expiatoria, pero, los israelitas pasaron del abandono a ser transformados en primogénitos obteniendo grandes privilegios. Pero, ¿Qué es lo que arrebata nuestra herencia y nos hace olvidar de nuestros privilegios después de la salvación? El pecado.  ¿Cuál es el pacto que Dios otorgó para poder resolver el problema del pecado? Solo a través del derramamiento de sangre es posible la redención de los pecados. Por esta razón el juicio proveniente del pecado de nuestros abuelos o ancestros y las maldiciones heredadas en los hogares son interrumpidas por la Sangre de Cristo. Él ya pagó.