Un viaje a través de Lucas y HechosMuestra

El Reino de Jesús representa buenas noticias para los afligidos y está abierto a todos los que reconozcan su necesidad de Dios. Para ilustrar esto, Lucas nos cuenta que Jesús asiste a cenas con los enfermos y los pobres que reciben su perdón, sanidad y generosidad. En contraste, Jesús también asiste a cenas con los líderes religiosos que rechazan su mensaje y discuten sobre sus métodos. No entienden de qué se trata el Reino de Dios, así que les cuenta una parábola que dice así:

Había un padre que tenía dos hijos. El hijo mayor era digno de confianza y honraba a su padre, pero el menor era un desastre. Tomó su herencia antes de tiempo, viajó lejos y se la pasó malgastando y haciendo tonterías. Después, comenzó una hambruna y el hijo se quedó sin dinero, así que consiguió un trabajo cuidando los cerdos de alguien más. Un día tuvo tanta hambre que estuvo dispuesto a comer la comida de los cerdos y se le vino a la mente que su vida era más fácil en casa trabajando para su padre. Así que regresó a casa, ensayando su disculpa. Mientras el hijo todavía estaba lejos, el padre lo vio y se sintió muy feliz. ¡Su hijo estaba vivo! ¡Sobrevivió a la hambruna! El padre corrió hacia él y no pudo dejar de besarlo y abrazarlo. El hijo comenzó su discurso: "Padre, no merezco ser tu hijo. Tal vez pueda venir a trabajar para ti...". Pero antes de terminar, el padre llamó a sus sirvientes para que le dieran la túnica más bonita, sandalias nuevas y un anillo elegante para su hijo. Debían preparar el mejor banquete porque era momento de celebrar que su hijo estaba en casa. Al inicio de la fiesta, el hijo mayor llegó de un largo y duro día de trabajo para descubrir que toda esa música y comida eran para el fracasado de su hermano. Estaba enojado y se negó a unirse a la celebración. El padre se reunió con su hijo mayor afuera y le dijo: "Hijo, tú ya eres parte de nuestra familia. Todo lo que tengo es tuyo. Pero teníamos que celebrar a tu hermano. Estaba perdido, pero ya lo hemos encontrado. Estaba muerto, pero ya ha vuelto a la vida".

En esta historia, Jesús compara a los líderes religiosos con el hijo mayor. Jesús sabía cuán ofendidos estaban los líderes religiosos por su aceptación de los marginados, pero Jesús quería que vieran a los marginados como él lo hacía. Los rechazados de la sociedad regresan a su padre. ¡Están vivos! Hay suficiente bondad de Dios para todos. Todo lo que tiene pertenece a aquellos a los que llama sus hijos. El único requisito para disfrutar de su Reino es recibirlo humildemente.