Tu Historia De FeMuestra

Hebreos 11 es uno de los capítulos de la Biblia más citados, predicados y conocidos. Creo que esto se debe a que en pocas palabras ofrece una respuesta simple y profunda a una de las preguntas más fundamentales sobre ¿qué es la fe?  Este es un principio fundamental que todo creyente en Cristo debe comprender. 

Hebreos 11 no da este entendimiento.  El capítulo 11 nos dice que “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (RV-1995).  En pocas palabras, la fe es estar seguro de lo que crees. Aun cuando no tienes la evidencia de lo que Dios ha prometido, la fe se convierte en sí misma la prueba. Este tipo de dogma es contrario al razonamiento humano.  Nuestra naturaleza nos dice que confiemos en lo que vemos y escuchamos antes de que estemos seguros de algo. Aun en las cosas más básicas, como antes de sentarnos en una silla, confiamos en nuestros sentidos que nos indica que, la silla existe, que se ve segura, y es así como confiamos.  Sin embargo, la fe, es estar seguros de las cosas a las cuales nuestros sentidos no tienen acceso.  Estas cosas nos son dichas a través de la palabra de Dios y su Espíritu. 

Vamos a pensar en esto un momento. Es mucho pedir que alguien tome decisiones- recordemos a Abraham dejando su tierra y a Moisés dejando lo que conoció como familia- basado en la certitud de algo cuando su única prueba era el hecho de que ellos lo creían. ¿CÓMO uno puede estar seguro? La respuesta se encuentra en el versículo 11 (también está mencionado en el capítulo 10, versículo 23).  La respuesta es porque crees que Él  que prometió es fiel).  Las bases de la fe son estas: Puedes estar absolutamente seguro de lo que Dios dice, y mientras lo creas, ese Dios no miente. Y si lo puedes creer, tu vida, y todas tus decisiones serán tomadas bajo esa premisa. Si Dios no es un mentiroso (y sabemos que Él no lo es) entonces puedo actuar en su palabra con seguridad. 

Cuando hablo sobre esto, siempre lo ilustro con un ejemplo de cuando era niña y esperaba que mis padres me recogieran después de la escuela. Algunas veces si ellos estaban en retraso, me cruzaba por la mente que quizás debería caminar a casa, o que tal vez debería buscar un teléfono y llamar a alguien más para pedir un aventón. Pero nunca lo hice- al final, siempre estaba segura, confiada y clara que no importaba lo que sucediera, mis padres siempre vendrían por mí. ¿Cómo podía estar tan segura?   Porque creía que mis padres eran dignos de confianza. Creía en el carácter de mis padres.  Creía en su habilidad de cumplir su palabra. 

Hebreos 11 lista más de una docena de personas y más de 28 verbos que actuaron basados en su fe en Dios. Como has leído, aprendes que Abel trajo, Noé construyó y Abraham fue. Vemos que la fe se reconoce por las acciones. No es simplemente saber que Dios es fiel, es estar tan convencido de eso que tú estás dispuesto a hacer lo que parece imposible porque estás seguro que Dios cumplirá con su parte del trato.

Más que en cualquier lugar de la Biblia, Hebreos destaca el hecho que nuestro Dios es un Dios de pactos. Cuando Él nos pide algo, es porque Él también tiene algo que aportar.  Y lo que Él aporta es mucho más grande de lo que nosotros podemos hacer. Entonces podemos ver que la fe es doble:  Creer que Dios existe y creer que es fiel para recompensar aquellos que creen en Él- esos que ACTÚAN. (Capítulo 11:6) Vemos lo mismo ser claramente declarado en Santiago 2:17-22.

La fe es ir más allá de creer que Él existe y ser capaz de actuar basado en esa palabra en nuestras vidas. ¿Qué significa esto entonces dentro de mis historias personales? Esto significa que para que Dios sea capaz de escribir nuestra historia, de la misma forma que lo hizo con nuestros protagonistas en Hebreos 11-Rahab, Sarah, Gedeón y David, entre otros, necesitamos hacer lo que ellos hicieron. Necesitamos ser capaces de construir, ir, vivir, exponer, sacrificar, dar y caminar como si estuviéramos completamente seguros de lo que creemos. Así fue como nuestros ancestros agradaron a Dios.  Dios se complace cuando sus hijos muestran una confianza inquebrantable en Él en más que palabras.

Mientras meditas en esto hoy, pregúntate:

¿Qué temo HACER para mostrar mi fe?

¿Qué ha prometido Dios cumplir si yo hago mi parte del pacto?

¿Qué parte de mi historia espera mi acción?