Tu Historia De FeMuestra

Mientras lees los capítulos 3 y 4 de nuestro texto, tomo algo de tiempo para examinar tu corazón. En estos capítulos, los Hebreos están siendo recordados de su historia y como en el pasado sus ancestros no recibieron las promesas de Dios a causa de la rebeldía en sus corazones. Si esta historia no te es conocida aquí está el resumen. En Génesis, Dios le promete al Patriarca israelita Abraham una tierra para su pueblo. Dios prometió que esta sería una tierra donde prosperarían, establecerían sus raíces y serían libres de persecución como pueblo. Después de años de esclavitud y de vagar por el desierto, Moisés finalmente los estaba dirigiendo hacia Canaán, la tierra prometida por Dios.  Sin embargo, cuando Moisés envió a sus hombres a echarle un vistazo a la tierra, estos no solo vieron las promesas de la tierra sino también los retos. Ellos sintieron miedo de que la gente que habitaba en esta tierra los conquistaran.

A pesar de que Dios les había prometido darles la tierra, ellos no tenían la suficiente fe para creer que podían poseerla.  A causa de que no quisieron pelear por ella, tuvieron que vagar por el desierto por cuarenta años. Finalmente, la próxima generación de Hebreos sí pudo habitar esta tierra, pero los hombres que endurecieron su corazón y persistieron en su incredulidad, murieron en el desierto.   Ellos no llegaron a ver lo que Dios tenía preparado para ellos.  Sus historias concluyeron en el desierto, porque tenían mucho miedo de creer en las promesas de Dios. 

Los capítulos 3 y 4 son una advertencia para que no cometamos el mismo error.  Ves, así como los Israelitas perdieron entrar la tierra prometida a causa de negarse a creer que Dios podía darles la victoria, ellos, en el tiempo en que el libro de los Hebreos fue escrito,estaban en peligro de perder su Salvación por negarse a creer en Cristo.  De esta misma forma, muchos de nosotros podemos estar en peligro de no recibir las promesas de Dios, para nuestras vidas, porque nosotros también tenemos un corazón duro y rebelde. 

Cada uno de nosotros tendremos momentos en nuestras vidas donde no vamos a saber qué hacer para agradar a Dios, pero tenemos miedo o no estamos dispuestos a obedecer.  Es más fácil endurecer nuestro corazón y actuar como si sabemos mejor que Dios. 

Desafortunadamente, algunos de nosotros nunca sabremos las bendiciones que tenemos retenidas cuando hacemos esto. Tanta gente pierde la oportunidad de cumplir su propósito porque tenían mucho miedo de dar un paso de fe y comenzar a construir lo que Dios puso en sus corazones. Otros perderán la oportunidad de tener un matrimonio feliz por haber endurecido sus corazones cuando Dios les dijo que ‘esa’ relación no era la mejor para ellos.

Hoy, mientras meditas en estas escrituras, pregúntate: 

¿Me ha dado Dios alguna orden que no estoy dispuesto a obedecer?

¿Cuál parte de mi historia puede peligrar a causa de mi incredulidad/falta de fe?

¿He endurecido mi corazón en vez de escuchar lo que Dios me está tratando de decir?