Tu Historia De FeMuestra
El primer capítulo de Hebreos se enfoca en las tradiciones/costumbres de los Hebreos. Ellos estaban acostumbrados a que los ángeles y los profetas les hablaran. Se habían habituado al hecho de que, bajo el viejo pacto, antes de Jesús, el sacerdote tuviera que mediar su relación con Dios. En ese tiempo, únicamente el sacerdote podía entrar al “aposento alto”-el lugar donde habitaba la presencia de Dios.
Pero Jesús se ofreció a sí mismo como pago por nuestros pecados, para que nuestra relación con Dios estuviera cimentada en nuestra fe, en él en vez de sacrificios. Bajo el Viejo Pacto, tu relación con Dios tenía que ser externa. Aunque por fuera se podría decir que estabas en “buena posición” tu corazón permanecía igual. Esto es porque todo lo que se hacía era desde el plano físico y no desde lo espiritual. En los capítulos 9 y 10 vemos esto. Ni los sacrificios ni las acciones podían limpiar la conciencia de los adoradores de la manera en que una relación con Dios podía.
Lo puedes ver de esta forma. Imagina que eres un niño y sabes que has ofendido a tu padre, pero no puedes comunicarte con él personalmente para disculparte. Todo lo que puedes hacer para arreglar las cosas es enviarle una nota o regalos que puedan ser entregados por tu hermano mayor.De hecho, solo tu hermano mayor puede acercarse al aposento donde se encuentra tu padre. Si te disculpaste, a través de la nota, podrías ser perdonado, pero en ninguna parte de este escenario hubieses podido entrar a ver a tu padre, abrazarlo o escuchar directamente de su parte un “te perdono”. Así es como funcionaba el Viejo Pacto.
Ahora imagina que tienes otro hermano, más bondadoso y mayor que el primero que mencionamos, quien no solo entró a la habitación donde estaba tu padre para expresarle tu arrepentimiento, más desmontó la puerta de las bisagras de donde tu padre se encontraba y te invitó a que entraras. Una vez dentro de la habitación, eres libre de entrar en su regazo y escuchar: “mi hijo, te perdono y nunca más tendremos que estar separados”. Eso es lo que Jesús hizo por nosotros.
Él fue y se presentó ante Dios como un sacrificio por nuestros pecados de una vez por todas. Así como dice en el capítulo 10:4 “Ya que es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados”. Dios nos envió a Su hijo para darnos una nueva, MEJOR y más completa relación con Él. Es por eso que el capítulo 10:16 nos dice: “Pondré mis leyes en su corazón y las escribiré en sus mentes”. El propósito de Dios nunca fue que nos acostumbramos a las leyes y a la religión y que estas tomaran el lugar de una relación personal. Él quiere que le amemos y le conozcamos desde nuestro interior, no solo a través de nuestras acciones.
Frecuentemente, lo que nos aleja de las cosas “más excelentes” que Dios tiene para nosotros son las cosas buenas a las cuales nos hemos acostumbrado. Tanto para los Hebreos como para nosotros, intercambiar nuestras historias actuales y saltar a una nueva aventura de Fe puede ser intimidante. Pero como hemos aprendido en estos capítulos de La Palabra, ¡vale la pena!
Hoy, mientras meditas en estos versículos, pregúntate:
¿Tengo una relación personal con Dios a través de su hijo, Jesús o estoy haciendo las cosas de manera automática como los Hebreos que estaban bajo el primer pacto?
¿Estoy favoreciendo reglas y acciones en vez de una conexión (relacion) personal con Dios?
¿Hay alguna parte de mi historia que no estoy dispuesta a cambiar por una de "más excelencia"?
¿A qué me estoy aferrando que Dios me puede estar llamando a dejar ir (a que deje)?
Acerca de este Plan
A través de este estudio de 8 partes del libro de Hebreos, los lectores son llevados a través de la palabra con un enfoque intencional en Jesús, y cómo una relación con él puede cambiar nuestras vidas. Este libro responderá preguntas sobre quién es Jesús, qué es la fe y cómo a través de la fe puede comenzar a vivir una historia nueva y mejor.
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Nos gustaría agradecer a Vanessa Gracia Cruz por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite:https://www.vanessagraciacruz.com/