Recuperándose de una decepciónMuestra

Vivimos en un mundo que no es como Dios quiso que fuera cuando lo creó. Cuando el pecado entró en Su perfecta creación, todo estaba sujeto a su fruto. Afrontémoslo, el desaliento no es de Dios, sino que es una de las herramientas de Satanás que nos da un sentimiento de desesperanza.

El salmista David experimentó desaliento durante su vida y escribió abiertamente sobre ello para animarnos. Consideremos el comienzo del Salmo 13, donde David llora:

¿Hasta cuándo, Señor, me seguirás olvidando?
¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro?
¿Hasta cuándo he de estar angustiado y he de sufrir cada día en mi corazón?
¿Hasta cuándo el enemigo me seguirá dominando?(v.1-2)

Ciertamente, todos nos hemos sentido así de vez en cuando. Cuando las presiones de la vida diaria se acumulan y no vemos manera de aliviarlo, podríamos pensar que el Señor, como dice la canción, "tomó el último tren para la costa".

Pero, David tiene mucho más que ofrecer que un lamento sincero. Sus escritos siempre concluyen con la confesión que Dios es Aquel que provee todas sus necesidades, incluso cuando está decepcionado.

Pero yo confío en tu gran amor;
mi corazón se alegra en tu salvación.
Canto Salmos al Señor.
¡El Señor ha sido bueno conmigo! (v.5-6)

El Dios que es Soberano sobre toda la creación y nos ama puede proveer esperanza a nuestros corazones cuando pedimos ayuda. Si te sientes desanimado, ora para que Dios te ayude a eliminar esos sentimientos y comienza a alabarlo por Su amor y cuidado. Jesús ha roto las cadenas de la decepción y nos ha liberado de las garras de Satanás.

Si te gustó este devocional, el sermón de Tony Evans: "¡Para! No te preocupes más" te proporcionará un conocimiento más profundo de cómo recuperarte en la vida. Visita: http://go.tonyevans.org/no-more-worries