Romanos: Teología Para Todos (6-11)Muestra

Algunas religiones creen en un dios (monoteísmo) y otras religiones creen en muchos dioses (politeísmo). Solo el cristianismo cree en la Trinidad, que hay un solo Dios en tres personas: Espíritu, Hijo y Padre. Para los cristianos, este es un tema a puño cerrado y una de nuestras creencias que nos distingue de todas las demás religiones, ideologías y espiritualidades. Nuestro Dios es relacional y nos cambia cuando entramos en una relación con Él.

En esta sección de Romanos, se nos cuenta con detalles que, cambia vidas, conmueven corazones, y que alteran la eternidad, cómo la relación con cada miembro de la Trinidad nos transforma.

Primero, Jesús murió no solo para perdonar nuestro pecado, sino también para eliminar toda condenación (8:1-4). Dios no puede amarte más y, no importa lo que hayas hecho o harás, Dios no te amará menos. Jesús fue condenado en tu lugar para que ya no puedas ser condenado por tormento demoníaco, remordimiento de tu pasado, la crítica de otros o la ira de Dios.

En segundo lugar, el mismo Espíritu Santo que dio poder a la vida de Jesús ahora también vive en el creyente, trayendo vida y el poder de resurrección (8:5-13). Cuando Jesús nos dijo que nos enviaría al Consolador (Juan 14:16, 26; 15:26; 16:7), sabía que necesitaríamos la ayuda del Espíritu para vivir una vida espiritual. Cuando Jesús necesitó ayuda, acudió al Ayudador y nosotros podemos hacer lo mismo.

En tercer lugar, Dios el Padre nos ha adoptado en Su familia eterna, nos ha hecho hijos de Dios y herederos del Espíritu y de todas las bendiciones espirituales (8:14-17). Esta increíble verdad altera radicalmente la forma en que vemos a Dios, a nosotros mismos y a los demás cristianos. Nuestro Padre es perfecto, poderoso, amoroso y dedicado a nosotros. Somos amados, estamos seguros, somos cuidados, protegidos, provistos y apreciados. Además, somos adoptados en una nueva familia llamada Iglesia, donde disfrutamos de nuevas relaciones como un niño traído a casa por un padre amoroso para conocer al resto de la familia.

Reflexión:

1. Lee esta sección y haz una lista de las cosas por las que estás agradecido con el Hijo, con el Espíritu y con el Padre.

2. ¿Hay algún aspecto de tu vida en el que no has creído y recibido que ahora ya no hay condenación para ti en Cristo Jesús? Si es así, detente y entrégale ese pecado a Dios e invita al Espíritu Santo a levantar esa carga en oración.

3. Pasa algún tiempo en oración hablando con Dios el Hijo, el Espíritu y el Padre acerca de tu relación con ellos y ten esta conversación de manera respetuosa pero informal para ver cómo se desarrolla el tiempo juntos.