Antiguo Testamento con Fermín IVEjemplo

El pecado trajo consecuencias a la vida de David. El profeta le había dicho que la espada no se apartaría de su casa, y ahora lo vemos en sus hijos. Hay abuso, engaño, odio, rencor y asesinato dentro de su misma familia.

Sin duda, podemos hacer mucho daño cuando por nuestro pecado descuidamos lo que se nos ha entregado y por lo que daremos cuenta, nuestra familia. En la familia de David se estaba gestando toda esta corrupción moral frente a sus ojos. ¿Se habrá dado cuenta alguna vez? ¿Conocía a Amnón y sus deseos? ¿Conocía a Absalón y su soberbia?Necesitamos conocer a nuestros hijos, saber qué es lo que los mueve y hace actuar; y si es necesario hablar con ellos, predicarles el evangelio, orar por ellos.

Amnón es un ejemplo claro de nuestra carne. Lleva a cabo todo un plan para conseguir lo que quiere, y cuando lo consigue entonces lo odia y se deshace de él. ¡Es terrible ver a una mujer como un objeto de uso! Dios hizo a la mujer, ama a la mujer, y Jesús dio su vida por ella. Si alguien le ha dado el lugar que le corresponde a la mujer, es el mismo Jesús. Amnón es un hombre perverso que necesita ser castigado. Pero David no hace nada, solo enojarse.

¡Qué terrible se pone todo cuando no actuamos frente al pecado! Al ver que su padre no hace nada, Absalón actúa y asesina a su hermano en venganza. Huye y se esconde hasta que su padre David lo trae de regreso, pero no hay reconciliación. David hace todo mal. Y sólo deja que Absalón actúe caprichosamente hasta el punto de rebelarse contra él y sublevarse.

Por un lado, necesitas arrepentirte si has hecho algo como Amnón. Y si has sufrido algo como Tamar, necesitas saber que Dios te ama y puede restaurar tu vida. Si alguien en tu familia ha hecho algo así, necesitas actuar y denunciar ante las autoridades. Quizás sea la única oportunidad de frenar algo que puede rebelarse contra ti más adelante.

Dios no es ajeno al dolor que provoca el pecado. Él experimentó dolor en la cruz para traer sanidad y salvación a nosotros.