Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra
Abram recibe una promesa de Dios sin razón alguna. Le promete bendecir su vida, dándole una descendencia tan grande como una nación; y una tierra donde habitar. Siempre me sorprende la manera en que Dios escoge a personas para bendecirlas. ¿Había algún mérito en Abram para ser elegido? Ninguno.
Desde el inicio nos damos cuenta de que es desobediente, por qué su obediencia a medias es en realidad desobediencia. Abram recibió una promesa que involucraba a su esposa, se le prometió un hijo y él pone en riesgo a su esposa sólo para salvar su propia vida. Vemos una mezcla de valentía, mentiras, dudas; pero también de estrategia, humildad y pesimismo. Pareciera que está describiendo nuestras propias vidas.
El clímax de la historia en la porción de hoy es la manera en que Dios hace el pacto con Abram. Cruzar en medio de animales partidos en dos era la manera en que se firmaban los compromisos. Y el único que atraviesa entre los animales es Dios. Solo Él. Su compromiso lo firma solo Él. Depende de Él; no de Abram.
¡Me encanta! Así es la promesa de la vida nueva, de la vida eterna para nosotros. La obra de Cristo en la cruz es en donde descansa su promesa. Es necesario hacer una oración de gratitud: “Gracias, Dios, por tu obra; es tu sacrificio donde descansa mi vida.”
Escrituras
Acerca de este Plan
Leamos juntos el Antiguo Testamento y sigamos conociendo y dando a conocer a Jesucristo a través de las Escrituras.
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Nos gustaría agradecer a Semilla de Mostaza por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.semillamexico.com/