Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra

Abraham es uno de los hombres más conocidos durante la historia. Y su muerte viene muchos años después de recibir la promesa de Dios. ¿Quién iba a pensar que tendría incluso más hijos? Acerca de ellos no sabemos mucho más; pero del hijo de la promesa, sí. La historia continúa con Isaac. Y es interesante que algunas situaciones de la vida de Abraham se repiten en la vida de su hijo.

Isaac forma una familia con Rebeca a los 40 años. Pero siendo ella estéril, Isaac busca la ayuda de Dios en oración. ¿Buscas la ayuda de Dios cuando hay situaciones difíciles en tu vida? En ocasiones lo hacemos pero nos rendimos pronto. Pareciera que el esperar nos es muy difícil y hasta concluimos que, al no llegar la respuesta de Dios pronto, es porque Dios no escucha o no le interesa.

Para Isaac hay una respuesta: su esposa da a luz dos hijos. ¡Pero sucede 20 años después! Seamos pacientes, esperemos la respuesta de Dios sin importar cuánto tarde.

Desde la presentación de los hijos de Isaac, Jacob y Esaú, nos damos cuenta de que son complicados. Uno aprovecha el hambre de su hermano para obtener la “primogenitura” y al otro no le importa perderla, no le da importancia. Ya veremos más de ellos en nuestra lectura en los próximos días.

No sólo las dificultades se repiten en Isaac, como ya vimos, sino también los errores. Isaac también comete pecado al mentir acerca de su esposa, como lo hizo su padre Abraham. No repitamos patrones de comportamiento de nuestros padres, no es necesario, Dios hace nuevas todas las cosas.

Su mentira viene justo después de tener un encuentro con Dios donde le hace la misma promesa que le dio a su padre. Pero Dios nos vuelve a sorprender. A pesar de sus mentiras, Dios lo bendice y lo prospera con cosechas inimaginables; lo hace rico y grande y le vuelve a hablar y a repetir sus promesas.

¡Qué maravilla es saber que sus promesas no dependen de nuestro comportamiento; dependen de Él! Que el saber esto nos lleve a vivir vidas íntegras delante de Dios. No continúes pecando. Mejor ven a Cristo y vive para él. Él hace nuevas todas las cosas.