Recibir la gracia y perdonarMuestra
Dia 04 - El Espíritu Santo nos convence de amar
VERSÍCULOS DE REFERENCIA :
Mateo 6:14-15 RVR1960
14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Reflexiones:
El Espíritu Santo nos convence de amar. Cerrarse a esta convicción es cerrarse también a la gracia de Dios por los pedidos y perder su pasión por el reino de Dios.
Lea Mateo 6:14-15 y tome un momento para responder las siguientes preguntas:
➤ ¿Porque perdonar es tan importante para nosotros que somos hijos de Dios?
➤ ¿A quién yo debo perdonar y que me impide hacerlo?
CONTENIDO :
Estos dos versículos apoyan y desarrollan lo que Jesús nos enseno en la oración de “Padre Nuestro” que es más que una oración, es igualmente una verdadera forma de vivir. De hecho, Él dijo: Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden (Mateo 6:12). Eso revela que el perdón de Dios está condicionado no solo al hecho de que nos arrepintamos de nuestras faltas, sino también de nuestra capacidad y nuestra medida de perdonar a aquellos que nos han hecho mal. Sin embargo, esto no afecta nuestra salvación, porque como discípulos de Cristo hemos sido perdonados de nuestros pecados en el momento del arrepentimiento y por nuestra fe. Nosotros hemos sido perdonados de manera definitiva en relación con nuestro pasado, es la justificación por la fe. Hablaremos más sobre esto en la meditación siguiente. También puede consultar la historia que Jesús cuenta en Mateo 18:23 al 35. No perdonar es algo muy serio que puede traer graves consecuencias para nuestras vidas.
Todos necesitamos el perdón de Dios porque no somos perfectos e incluso si cada día tratamos de parecernos más a Cristo. Es por esta razón que el Espíritu Santo viene de nosotros para convencernos de amar al prójimo. Porque el perdón no es un acto calculado o interesado, es un acto de amor hacia el otro. Cuando el Espíritu Santo viene a convencernos de amar, el nos revela al otro no como nosotros lo percibimos o lo vemos, sino como lo ve El: una persona imperfecta, que necesita la gracia de Dios y por la cual Cristo dio su vida.
Esta convicción de amor que el Espíritu Santo nos da con respecto a los otros viene a confrontar nuestro espíritu de juicio y critica (muy a menudo llamado observación). Juzgar y criticar, no es nada más que orgullo, porque nos colocamos en una posición de superioridad sobre los demás y al hacerlo, nos olvidamos no solamente de que no somos mejores que el prójimo, sino que Dios lo ama tanto como a nosotros. Nuestras vidas son el resultado de Su gracia y de Su amor. Es en esta proximidad con el Espíritu Santo que podemos amar como Dios nos amó. El juicio pertenece a Dios y la crítica al diablo, lo que significa que ninguno de los dos tiene lugar en nuestras vidas. Así que asegurémonos de cultivar nuestra relación con el Espíritu Santo afín de amar y bendecir al prójimo.
Esto no es algo fácil ni natural de hacer, pero recordemos siempre que el reino de Dios es contar intuitivo. Por esta razón necesitamos de la presencia del Espíritu Santo, pero también saber cómo violentar nuestros pensamientos y sentimientos. Porque cuando cerramos nuestros corazones a la gracia de Dios, llegamos a perder nuestra paz interior y nuestra pasión por el reino de Dios, lo que nos lleva a centrarnos en nosotros mismos, en nuestras necesidades, emociones, etc. Nos convertimos en el centro de nuestro mundo, en lugar de dejar a Dios en el centro y que constituya nuestra razón de vivir. Tan pronto como lo logramos Su reino se convierte naturalmente en la causa por la que estamos dispuestos a dar nuestra vida.
Cuando peleas, o te ofendes y te niegas a perdonar, si en las horas siguientes intentas testificar de tu fe u oras, descubrirás que por un lado no sucede nada e igualmente tu no te vas a sentir bien interiormente. Tu has perdido tu alegría, tu paz, la frescura de la vida con Cristo y tu pasión por Jesús. No podemos evitar los conflictos y estos son parte de una relación sana, tampoco podemos evitar las ofensas, sin embargo, necesitamos identificarlos y decidir perdonar. Y el mejor momento de hacerlo es inmediatamente. Desde el momento en que decidimos perdonar encontramos Su amor, Su paz, Su alegría, etc y podemos estar nuevamente en una posición de amor.
Para terminar, la única cosa que podría impedirnos perdonar somos nosotros mismos y la única forma de hacerlo es permanecer abiertos y disponibles a la presencia de Dios. Porque solo Él es quien nos convence de amar y perdonar e igualmente quien nos da la fuerza de hacerlo. No endurezcamos jamás nuestros corazones a Él, sino que, por el contrario, dejemos que El actúe en nosotros y estemos de acuerdo con El. Nuestra vida depende de ello, pero también la de quienes nos rodean. Porque cuando somos apasionados por el Reino de Dios, nuestro mundo es transformado. ¿Porque no entregas la vida a Dios ahora? Yo te animo a orar en ese sentido.
Mi decisión
Lo que comprendí para mi vida personal :
Lo que decido para mi vida, con lo que acabo de aprender :
Lo que tú decides hoy, determina quien serás mañana :
Del libro "un disciple en marche" copyright 2018 de Luc Favre, publicado por Vie Victorieuse. Todos los derechos reservados.
Escrituras
Acerca de este Plan
Mucho más que un simple plan de lectura, este es un verdadero desafío para entrar en la vida de un discípulo de Cristo.
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Nos gustaría agradecer a Luc Favre por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://vievictorieuse.org