El crecimiento es esencial en la vida espiritualMuestra
El crecimiento se mide en la madurez en la vida espiritual
El crecimiento espiritual se evidencia en la madurez en la vida espiritual. Se observa en los comportamientos y actitudes del creyente, en la madurez de su fe, en la obediencia y en la forma como vive el amor cristiano.
El crecimiento espiritual tiene una meta y esa meta es Cristo. El Señor Jesucristo es la medida a la que debemos aspirar en nuestro crecimiento espiritual.
Dios es tanto la norma como la provisión para la vida espiritual
En ese proceso, Jesucristo es el modelo de cómo crecer (Efesios 4:13); nuestro modelo de cómo es Dios. Él es nuestra norma. Él es nuestra meta a la que somos llamados a reproducir.
Pero Dios no solo es nuestra meta en Cristo Jesús, sino también la fuerza en nosotros y los recursos necesarios para alcanzar esa meta. Dios mismo es tanto la norma para la vida espiritual como la provisión para alcanzar esa norma, tal como lo expresa la palabra de Dios en 2da. Corintios 3:18: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”.
Sin la vida que imparte Dios, a través del Espíritu Santo (somos transformados…como por el Espíritu del Señor), sería imposible, además de frustrante y descorazonador, pretender cumplir con los principios establecidos en la palabra de Dios, y mucho menos aspirar a crecer a la estatura del varón perfecto que representa Cristo. El Espíritu Santo es la provisión de Dios para ser recreados a la imagen de Jesucristo. Dios nos ha provisto del Espíritu Santo para que actué como fuente de poder y vida en el proceso de rehacernos a semejanza de Cristo.
- ¿Desde que creíste en Cristo hasta hoy, cómo evalúas tu crecimiento espiritual?
- ¿Qué tanto se parece tu vida a la de Cristo?
- ¿Crecer hasta alcanzar la estatura de Cristo es tu meta suprema?
Escrituras
Acerca de este Plan
El crecimiento espiritual no es automático. Requiere compromiso intencional. El creyente necesita desear crecer, decidir crecer, hacer un esfuerzo para crecer y persistir en el crecimiento. Si no está comprometido con llegar a ser la persona que Dios le ha llamado a ser, no habrá crecimiento en su vida. Dios pone a disposición del creyente los medios para el crecimiento espiritual, pero la persona debe resolverse a crecer.
More
Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/