El crecimiento es esencial en la vida espiritualMuestra
El crecimiento espiritual se evidencia en el servicio que prestamos – Parte II
Por otra parte, para que este propósito sea una realidad, los miembros del cuerpo de Cristo deben vivir en comunión y trabajar en armonía, como el cuerpo humano, cuyas “coyunturas se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro”. De esta forma cada miembro “recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”.
En esta dinámica de servicio, el amor es el principio rector. Dice Adrian Rogers:”Las personas maduras pueden trabajar juntas si las articulaciones del cuerpo (la iglesia) son lubricadas con amor. Esto viene con la madurez”.
Servir en el contexto del cuerpo de Cristo demanda complementariedad
Ser miembro del cuerpo de Cristo, demanda adoptar la complementariedad como filosofía de vida. Cada miembro requiere aportar sus dones, talentos, habilidades y recursos, para apoyar y servir al resto del cuerpo de Cristo; pero al mismo tiempo reconoce su necesidad de ser servido y apoyado con los dones, talentos, habilidades y recursos de otros creyentes. De esta forma se opera un sentido de complementariedad e interdependencia, que permite que las necesidades del cuerpo de Cristo sean atendidas y satisfechas.
El servicio es inherente a la vida cristiana. No se concibe una fe cristiana sin una vocación de servicio. Servir es la meta y la norma en la vida de un discípulo de Cristo. Los creyentes maduros entienden su llamado al servir.
- ¿El servicio es para ti una prioridad de vida?
- ¿Sirves con tus bienes, tiempo y talentos a otras personas y miembros del cuerpo de Cristo?
- ¿Cuando ves necesidades en otras personas eres sensible a esas necesidades?
- ¿Actúas con diligencia a favor de las necesidades de otras personas?
- ¿Puedes trabajar en equipo con otras personas en la obra del Señor?
Escrituras
Acerca de este Plan
El crecimiento espiritual no es automático. Requiere compromiso intencional. El creyente necesita desear crecer, decidir crecer, hacer un esfuerzo para crecer y persistir en el crecimiento. Si no está comprometido con llegar a ser la persona que Dios le ha llamado a ser, no habrá crecimiento en su vida. Dios pone a disposición del creyente los medios para el crecimiento espiritual, pero la persona debe resolverse a crecer.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/