El crecimiento es esencial en la vida espiritualMuestra
Un creyente maduro se evidencia en su crecimiento
El énfasis de efesios 4:13-16 está en el crecimiento. El crecimiento es inherente al funcionamiento de la economía de Dios. Ese es el objetivo del ministerio en la iglesia. Dios no mide a sus hijos por cuánto saben, sino por cuánto crecen. Y por cuanto crecen según su modelo o prototipo: Jesucristo. “La medida es la estatura de la plenitud de Cristo”. La norma y meta de la madurez para el creyente es ser como el Señor Jesucristo. Dios no se conformará con menos para sus hijos. Por nada rebajará ese estándar.
Desfase entre lo que se sabe y lo que se crece
En muchos cristianos hay un desfase entre lo que saben y conocen y lo que aplican. Entre su teología y su experiencia espiritual; entre lo que saben de doctrina bíblica y lo que crecen espiritualmente. Acertadamente dice un pensamiento anónimo: “Más sabe un campesino de la Biblia, que el más erudito eclesiástico que la ignora”. Saber de la Biblia no es un fin en sí mismo. La fe genuina es una fe práctica (Santiago 2:14-25).
Pablo le decía a la iglesia de Corintios (8:1): “El conocimiento envanece pero el amor edifica”. El énfasis está en el crecimiento en amor, que es profundamente práctico, más allá del conocimiento que se posea. Así se puede saber mucho acerca de que dice la Biblia sobre el amor, pero experimentar y practicar poco de él.
Decía el predicador Adrian Rogers que “la medida definitiva para la vida como creyente no es cuánto se sabe, sino cuánto se crece”. EL propósito de la palabra de Dios, es edificar y producir en el creyente una transformación personal y espiritual, y no simplemente llenarlo de conocimiento: “bellos principios éticos y morales”. Esa verdad queda expresada en la segunda carta escrita por el apóstol Pablo a Timoteo, al decir: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16). El propósito de que la palabra de Dios enseñe, redarguya y corrija, es instruir para que el creyente alcance madurez y crecimiento.
Acerca de este Plan
El crecimiento espiritual no es automático. Requiere compromiso intencional. El creyente necesita desear crecer, decidir crecer, hacer un esfuerzo para crecer y persistir en el crecimiento. Si no está comprometido con llegar a ser la persona que Dios le ha llamado a ser, no habrá crecimiento en su vida. Dios pone a disposición del creyente los medios para el crecimiento espiritual, pero la persona debe resolverse a crecer.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/