Jesús Nuestro TodoMuestra

Semana 4 - Día 4 

Lectura: Hebreos 9:15–28

EOAO: Hebreos 9:27-28

Y así como está decretado  que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio, así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente lo esperan.

En el texto

La muerte de Jesús trajo consigo un nuevo pacto. Su obra nos otorgó una limpieza permanente del pecado y la culpa. A diferencia de los sacerdotes que continuamente ofrecían sacrificios en el Antiguo Testamento, Jesús no tenía que morir continuamente como sacrificio por nuestros pecados. Su obra fue completa y definitiva.

De la misma manera que nosotras moriremos una vez, Cristo murió una vez por los pecados. Él promete regresar nuevamente, no para traer juicio, sino salvación. Tenemos el privilegio de vivir de este lado de la cruz. No tenemos que vivir con miedo, vivimos con esperanza. Nuestra esperanza es segura porque Jesús es nuestra esperanza. 

Su ministerio es muy superior a cualquiera que vino antes que Él (o cualquiera que venga después que Él). Nada de lo que hagamos, nada de lo que deseemos lograr o intentemos hacer para ganar Su favor nos traerá la salvación. Somos salvas solo por Su gracia. Podemos confiar en Su obra, creer que está completa y vivir ancladas a Él como nuestra esperanza.

Oración

Señor Jesús, solo Tú eres mi esperanza. Tú eres el camino de salvación. Ayúdame a recordar Tu sacrificio y Tu gracia. Ayúdame a creerte cuando dices que Tu gracia es suficiente para mí. Quiero vivir una vida que te honre esperando ansiosamente Tu regreso. Amén.