Jesús Nuestro TodoMuestra

Semana 4 - Día 2 

Lectura: Hebreos 9:1–10; 1 Corintios 6:19-20

EOAO: Hebreos 9:8-9; 1 Corintios 6:19-20

"Queriendo el Espíritu Santo dar a entender esto: que el camino al Lugar Santísimo aún no había sido revelado en tanto que el primer tabernáculo permaneciera en pie.  Esto es un símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto en su conciencia al que practica ese culto" Heb 9:8-9

"¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos? Porque han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios." 1 Cor 6:19-20

En el texto

Una vez al año, el sumo sacerdote en Israel entraba en el tabernáculo o templo en el Día de Expiación. Dicho sacerdote entraba al Lugar Santísimo, la parte más interna del Santuario y ofrecía incienso sobre el altar. Al hacerlo, ofrecía el sacrificio para limpiar los pecados del pueblo de Israel. Sin embargo, esto solo era algo temporal. Esto debía ser llevado a cabo año tras año porque este ritual, estos sacrificios no eran suficientes para limpiar por completo el pecado del pueblo. 

Los israelitas sabían que esto era solo una solución temporal al problema de su pecado. No solo porque Dios les había dicho que Él un día enviaría a un Mesías para limpiarlos de su pecado, sino porque sus propias conciencias también testificaban de la naturaleza incompleta del sistema levítico de sacrificios.

Nosotras no estamos bajo el mismo sistema. Cristo no solo quitó nuestro pecado, sino también nuestra culpa. Su obra en la cruz limpia nuestras conciencias, dejándonos descansar en Su obra completa. La conciencia de los israelitas del Antiguo Testamento no podía ser limpiada porque la obra no estaba aún terminada. Hoy, la obra está completa, Cristo completó nuestra salvación a través de Su sacrificio. Nuestra conciencia está limpia, ya no necesitamos vivir con temor al castigo por nuestro pecado. ¡La obra está consumada!

Oración

Señor Jesús, ¡Tú ya lo hiciste! Has completado la obra de salvación. Puedo vivir en completa libertad por lo que has hecho. Ayúdame a recordar y creer que Tu obra es perfecta y que mi conciencia puede ser libre de culpa y vergüenza. Amén.