Temor del buenoMuestra

El temor del Señor desecha los miedos comunes

Lo has leído muchas veces, pero es necesario que te lo repita para que lo lleves grabado en el corazón: hablar del temor del Señor es poner a Dios en el primer lugar de tu vida, pasando por el filtro de su aprobación todo aquello que vayas a emprender, decir, hacer, pensar o desear. No sólo eso, el temor del Señor es una actitud que nos permite pasar por momentos duros en la vida con la confianza y la mirada puesta en Él, que es nuestro escudo y nuestra protección.

Desde que comenzó esta pandemia mundial, muchos hemos tenido pensamientos de muerte y de pérdida, muchos hemos sentido en algún momento, que la vida, como la conocíamos, se venía abajo y no había de dónde sujetarnos. Hemos sentido miedo a lo incierto. 

Sin embargo, nada posterga los planes que Dios tiene para nuestras vidas. Todos tenemos un propósito, una meta. Dios nos pone una visión de hacia dónde debemos ir y todo lo que sucede a nuestro alrededor forma parte de ese plan. Aun aquello que puede parecer para nuestro mal, poniéndolo en las manos del Señor, puede ser transformado para bendecirnos de alguna manera. Por lo que vivir bajo el temor del Señor nos ayuda cada día a desechar el miedo a lo inesperado.

Saber que Dios es nuestro escudo y ayudador es la única garantía que necesitamos para retomar nuestro sentido de paz (Salmo 115: 11). Tomar en cuenta a Dios en nuestros planes, hace de Él nuestra red de seguridad para poder descansar, confiando en que, aunque el mundo esté de cabeza, Dios es bueno, misericordioso, omnipotente, omnipresente y no hay nada que pase por encima del filtro de su voluntad. 

¿Te sientes inseguro respecto al futuro? Necesitas revisar en quién o en qué has estado poniendo tu confianza. ¿Será en tus fuerzas, tu salud, tu capacidad profesional, la seguridad de tu empleo? A veces creemos que nuestro camino es mejor que el de Dios. No importa cuántas pruebas nos ponga la vida, siempre podremos refugiarnos en Él y en su Palabra. Podemos entregarle nuestros miedos y darle las inseguridades que nos frenan. Pongamos a su cargo la incertidumbre sobre lo que deparará el futuro, las heridas del pasado, con la certeza de que, aún si fuera necesario, transitaremos por el valle de sombras de su mano y ninguna trampa podrá retenernos (Proverbios 14: 26 – 27). 

Construyamos una relación con Dios en busca del cumplimiento de su plan perfecto para nuestra vida. Conocer nuestro propósito no es la meta sino el inicio de un camino a su lado, donde el temor del Señor es como una brújula que nos da dirección en medio de la incertidumbre. 

Martina Brañez
Misiones digitales YVT - Jazôn