Temor del buenoMuestra
Saber elegir
Cuando escuché por primera vez la frase “Debes tener temor de Dios” fue algo que no podía entender. Dios es amor, Dios es bueno, la misericordia de Dios perdura por la eternidad, entonces, ¿Por qué temer al Señor? ¿Es acaso el Señor un Dios autoritario como esos profesores de colegio que viven gritando a sus alumnos y riñéndoles por todo y nada? ¿Debemos vivir atemorizados como esos niños, temiendo que, si cometen algún error, por más pequeño que sea, serán castigados y llevados a la esquina sin recreo?
Déjame decirte que Dios no actúa así. Dios es un Papá amoroso como nadie humanamente puede serlo. Cuando se habla de tener temor de Dios se refiere a tener reverencia ante su presencia, ante lo que Él es. Pero, entonces… ¿Cómo puedo tener este temor de Dios?
La respuesta es muy sencilla: ama a Dios sobre todas las cosas y ama a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22: 37 – 39). Si tienes esa palabra tatuada en tu corazón, nacerá dentro de ti un deseo de hacer siempre lo correcto ante los ojos de Dios. En la medida que llegas a tener más intimidad con Dios, recibes su amor y misericordia y, como resultado, llegas a tener un entendimiento de que todo lo que Dios manda es para tu bien.
Muchas veces serás tentado a hacer lo incorrecto, ya sea porque es lo más fácil o porque simplemente nadie te está viendo, “nadie se enterará” piensas, pero en el fondo, sabes que eso no es cierto. Mientras más tiempo pasas con Dios y conoces más de Él, tu corazón te pide hacer lo correcto en todo momento. ¿Cómo es esto? Imaginemos que estás a medianoche ante un semáforo en rojo y sin nadie alrededor. Sabiendo que Dios está atento, dudarás pasar de largo porque podría ser peligroso para alguien, al causar un accidente.
Vamos a un ejemplo más contundente, estás ante una cajera del supermercado de aspecto sencillo, cansada por el arduo trabajo de todo el día; se equivoca al darte el cambio de vuelta por tu compra y recibes el dinero, no sin percatarte de lo que está ocurriendo. Primera opción: pasas de largo, llevándote el cambio extra, pensando que no habrá ningún problema porque es “tu suerte” y sales con una sonrisa por ser tan afortunado. Segunda opción: devuelves a la cajera el cambio demás y logras iluminar su rostro, ella te lo agradece de corazón porque se lo hubieran descontado. Te aseguro que sentirías cómo tu corazón se llena de una sensación indescriptible de gozo y de paz, sabiendo que Dios te lanza una sonrisa del cielo por haber hecho lo correcto.
El Señor nos promete grandes bendiciones en recompensa por nuestro temor a Él: salvación, sabiduría, conocimiento, convirtiéndose el temor de Dios en nuestro más grande tesoro (Isaías 33: 6).
Te animo a vivir en el temor del Señor para que en todo te vaya bien y tengas siempre su misericordia y protección (Eclesiastés 7: 18).
Stephanie Bellot Kalteis
Misiones digitales YVT - Jazôn
Acerca de este Plan
Israel estuvo al pie del Monte Sinaí, recibiendo el pacto del Señor. Los truenos, la montaña en llamas y la estruendosa voz de Dios les llenó de pavor, pero, ¿fue miedo o sintieron el temor del Señor? ¿Habrá algún temor que sea bueno? Este plan nos mete en las aguas del temor del Señor. Comprenderemos como éste, puede ser para nosotros, un seguro de vida.
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Nos gustaría agradecer a Jazôn por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.jazon.info/