Temor del buenoMuestra
¿Qué es el temor del Señor?
Al leer esta pregunta, para muchos lo primero que viene a la mente es asociar temor con miedo, como si Dios estuviera examinándonos con lupa para hallar el más mínimo error y poder ejercer un castigo. Sin embargo, bíblicamente hablando, hay una diferencia entre ambos conceptos y aprender a vivir bajo el temor de Dios nos ayudará a alcanzar sabiduría.
El temor de Dios es lo más alejado del temor / miedo a un Dios duro y sancionador. Es más bien ese temor que, cuando amas a alguien, te asusta hacer algo que pueda ofender a esa persona, lo que menos deseas es lastimar su corazón. ¿Lo has sentido?
Para comprenderlo mejor, primero debemos entender que, siendo Dios diferente a nosotros - mucho más grande, poderoso y sabio - también es quien más nos ama, cuida y protege. Es tener la certeza de que Dios es un Dios de amor, que nunca buscaría nuestro mal, como bien lo refleja el Salmo 31: 19, cuando dice que Dios reserva su bondad para los que le temen y que la derrama abundantemente, a la vista de todos, sobre quienes confían en Él y buscan su protección. Entonces, ¿es lógico sentir miedo de alguien que nos trata con tanto amor y bondad?
El temor del Señor es poner a Dios en el primer lugar en nuestra vida, tomarlo en cuenta en todo lo que hacemos, decimos y pensamos. Existe una estrecha relación entre amar al Señor y hacerle caso; no querer ofenderle es elegir la vida desde ahora hasta la eternidad. Este temor nos lleva a caminar rectamente, pues caminar en su Palabra desata bendición en nuestras vidas (Deuteronomio 6: 24).
El temor del Señor nos libera de miedos y angustias. Nos lleva a buscar su corazón, a cultivar una relación con Dios, saber cómo es Él, cómo obra, cuán poderoso es su accionar. Aunque sea paradójico, si temes a Dios, no debes tenerle miedo a Dios. El miedo es un terrible amo, que puede llevarnos a escapar ante los desafíos de la vida o, peor aún, paralizarnos o nulificarnos, sin poder reaccionar. Sin embargo, Jesús vino a vencerlo y es con Él que podemos quitar todo miedo de nuestras vidas. Esto sucede cuando, en vez de albergar pensamientos terribles en nuestras mentes, las llenamos con la esperanza de la Palabra, con la certeza de que Dios está en control de todo lo que sucede. El temor de Dios es un temor del bueno.
El temor del Señor nos motiva a mostrar a Dios en nuestras acciones: tratar a los demás como nos gustaría que nos traten, dar y ayudar a quien necesite, no guardar resentimientos, perdonar... Es hacer la voluntad de Aquel que nos rescató.
¡Qué felices son los que temen al Señor! (Salmo 112: 1). ¿No lo crees?
Carla Llosa
Pastora ejecutiva - Jazôn
Acerca de este Plan
Israel estuvo al pie del Monte Sinaí, recibiendo el pacto del Señor. Los truenos, la montaña en llamas y la estruendosa voz de Dios les llenó de pavor, pero, ¿fue miedo o sintieron el temor del Señor? ¿Habrá algún temor que sea bueno? Este plan nos mete en las aguas del temor del Señor. Comprenderemos como éste, puede ser para nosotros, un seguro de vida.
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Nos gustaría agradecer a Jazôn por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.jazon.info/