Confiar en Dios a través de nuestras pruebasMuestra

Deposita tus cargas en Dios

Hay momentos en que las cargas de la vida son tan pesadas, tan difíciles y onerosas que siento que podría asfixiarme. La carga es abrumadora. No sé si sobreviviré. Todo lo que puedo hacer es llorar a Dios desesperado. Esta promesa en el Salmo 55 ha sido una fuente de fuerza y aliento a lo largo de los años; cuando enfrento problemas de todo tipo, grandes y pequeños, he ido a este pasaje. ¿Cuántas veces he pasado por este versículo ante el Señor?

«Echa tu carga sobre el Señor». Aquí está, Señor. Tómalo tú. No puedo soportarlo. Es demasiado grande para mí.

«Y él te sostendrá». Sí, Señor, me sostendrás. Tú solo. Sin ti, estoy hundido.

«Nunca permitirás que los justos sean movidos». Señor, no tengo justicia propia. Pero por tu gracia, soy justo en Jesús. Por tu gracia, me has hecho justicia y justo contigo. Soy uno de tu gente santa y quiero vivir para ti. Esta promesa es para mí Señor, y vaya qué promesa. Me abrazarás fuerte, me sostendrás y me mantendrás firme.

¿Tienes una carga? Cuando lleguen las cargas, no las lleves. Échalas sobre el Señor. Deja que Dios cargue con tus cargas. Esta es una promesa para memorizar. Esta es una promesa para clamar. Esta es una promesa para aferrarse.