Confiar en Dios a través de nuestras pruebasMuestra

Confía en Dios

Indagar dentro de nosotros es la tendencia persistente de confiar en otras cosas además de Dios. Todos nos encontramos con un flujo constante de desafíos y cargas, y a veces estos problemas se sienten abrumadores. Desempleo, presión financiera, depresión, un adolescente rebelde, la muerte de un ser querido, una decisión difícil, un sentimiento de fracaso, debilitante dolor de espalda, problemas en un matrimonio, un gran proyecto en el trabajo y mucho más. En el libro de Juan, Jesús nos enseñó que enfrentaríamos tribulaciones en este mundo.

Cuando enfrentamos estos desafíos, ¿confiamos en Dios o confiamos en otras cosas? ¿Confiamos en nuestros propios esfuerzos, en nuestros propios recursos y en nuestro propio pensamiento? ¿Primero miramos a otras personas para guiarnos, rescatarnos o protegernos? ¿Confiamos en nuestra cuidadosa investigación, nuestros esfuerzos diligentes, nuestra red y nuestras habilidades? ¿Es nuestra dependencia de los mejores médicos y consejeros más sabios?

Dios puede usar cualquiera de estas cosas, por supuesto, y él con frecuencia lo hace. Pero en nuestro corazón, ¿dónde está nuestra confianza? ¿Está nuestra confianza en Dios para guiarnos y liberarnos, o es nuestra confianza en nosotros mismos o en otras personas? ¿Sentimos un profundo sentido de dependencia del Señor? ¿Reconocemos que Dios puede utilizar algunos de estos recursos, pero nuestra confianza última está solo en Dios? ¿Sentimos profundamente que necesitamos al Señor? Dios se deleita en el hombre o la mujer que elige confiar en él. A Dios le encanta.

Hubiera sido fácil, para un rey poderoso como David, confiar en sus carros y sus caballos. Se esperaría que un general brillante, como David, confiara en su estrategia y astucia. Sería fácil, para un poderoso gobernante como David, mirar a sus oficiales y su ejército. Pero esa no era la forma en que David vivía. Otros pueden confiar en sus propios recursos, pero no David. No el hombre con el corazón como el de Dios. En cuanto a David, confiaría en su Dios. «Algunos confían en carros y otros en caballos, pero nosotros confiamos en el nombre del Señor nuestro Dios». Que sea lo mismo para ti y para mí.