Confiar en Dios a través de nuestras pruebasMuestra

Estad quietos, y conoced que Yo soy Dios

El Salmo 46 habla de un tiempo de turbulencia y agitación, de miedo e incertidumbre. El salmo comienza, 

«Dios es nuestro amparo y fortaleza,

Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida. 

Aunque bramen y se turben sus aguas,

Y tiemblen los montes a causa de su braveza».

Tal vez este sea un momento de calamidad nacional, un ataque terrorista, un huracán devastador o un colapso financiero generalizado. O podría ser un momento de calamidad personal, la pérdida de un trabajo, traición por parte de un cónyuge, la muerte de un ser querido o un diagnóstico de cáncer. En todos esos momentos, escuchen la voz de Dios diciendo: «Estad quietos, y sepan que Yo soy Dios». Este no es un momento para la actividad y el ruido. Este es un tiempo para la quietud y el silencio. Este es el momento de estar lo suficientemente callado como para escuchar un susurro. En estos momentos, estén quietos y escuchen la voz de Dios, sepan que Yo soy Dios. Sepan que soy el Todopoderoso. Sepan que yo soy el infinito y eterno. Sepan que yo soy Dios y gobierno el universo. Sepan que yo soy el Dios soberano y nada los toca que no pase primero por mis manos. Sepan que soy Dios y soy más grande que su desastre. Sepan que soy Dios y puedo verlos a través del valle. Sepan que yo soy Dios y estaré con ustedes, justo allí a su lado. Sepan que Yo soy Dios y tendré la última palabra. Sepan que Yo soy Dios.

Cuando la tierra se derrumbe, cuando tu mundo se desmorone, quédate quieto y conoce que Dios es una ayuda siempre presente en los problemas. Estad quietos y sepan que Dios es Dios.