Los espacios del almaEjemplo

El espacio de la confianza

Una de las características más impresionantes de la Biblia es la forma tan extraordinariamente vívida en la que describe escenas que nos traen grandes enseñanzas. En uno de los salmos, se describe la experiencia de los navegantes que se encuentran con grandes tempestades en el mar. Nos habla de la manera como las fuertes olas hacen que sus barcos suban y bajen lo cual causa que se derritan sus almas por el temor a perecer. Menciona que, aun con todo el conocimiento que tienen sobre la navegación, este no les sirve para nada. Entonces, recurren a Dios y claman a Él, Quien de forma milagrosa cambia la tempestad en sosiego, librándoles de sus aflicciones. Ya aliviados por la intervención divina, se alegran y llegan sanos y salvos al puerto que deseaban.

El sosiego y la paz son valiosas bendiciones de Dios para sus hijos. Poseerlas nos ayuda a caminar confiados, independientemente de si es tiempo de tormenta, de aflicción o de calma. Es reconfortante saber que Dios está presente siempre en nuestras vidas y que nos lleva a puerto seguro por su poder y su misericordia.

Sin embargo, cuando estamos en espacios de desconfianza e inseguridad, comenzamos a poner nuestra esperanza en otras cosas que no son Dios. Esto fue lo que hizo el pueblo de Israel cuando pensó que Egipto sería para ellos mejor que Dios, a pesar de todo el consejo que habían recibido de Él. Por eso, Dios les dijo que apartarse de Él para tomar consejo de otros les era pecado. Su error grave fue fortalecerse con las fuerzas del faraón y poner su esperanza en Egipto, en lugar de confiar en las fuerzas y el consejo de Dios.

¿Cuál fue el consejo de Dios para ellos? ¿De qué forma se sentirían seguros y descansados? Es evidente que, solo en Él, tiene descanso nuestra alma. La Escritura nos lleva a gustar también de su hermosa promesa: “Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza”. 

Padre, ayúdame a confiar en ti. A tu lado tengo todo lo que necesito, porque “¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti?" Tú eres mi refugio y mi fortaleza, en ti descansa mi alma. A ti sea toda la gloria.