Los espacios del almaMuestra
“Estad quietos y conoced que Yo soy Dios” (Sal. 46:10)
Nuestras vidas tienen diferentes espacios para estar. Nosotros escogemos en cuáles de esos espacios nos sentimos cómodos, en cuáles pasamos más tiempo, cuáles nos hacen bien, cuáles nos hacen mal. Hay espacios de preocupación, de amargura, de queja, de confusión, de turbación y, también, hay espacios de quietud, de paz, de sosiego, de confianza.
Si vamos a la Palabra de Dios, nos daremos cuenta de que nuestro Señor no patrocina ningún espacio que nos incomode o nos haga daño. Tal vez, se debe a que esos espacios no nos hacen productivos, nos detienen, no nos permiten verlo a Él obrando, no nos dejan disfrutar las cosas que Él nos ha dado para que las disfrutemos, evitan que lo escuchemos.
Pero, sobre todo, esos espacios grises y oscuros en que dejamos que nuestra alma se pasee nos dificultan la gran bendición de conocerle. Cuando Dios dice: “Estad quietos y conoced que Yo soy Dios”, nos está invitando a un lugar de quietud, de descanso, de confianza para mostrarnos quién es Él.
Sigamos su consejo y estaremos en el mejor de los espacios.
Sal. 46:10; Is. 30:15
Padre mío, eres Tú quien me da descanso cada día de mi vida. Ayúdame a no solo saberlo sino también a creerlo. Necesito confiar más en ti, y sé que para eso es importante que te conozca mejor. Cuanto más te conozca más descansaré en ti. Llévame a ese espacio de seguridad en el que tu amor me cobija y tu poder me sostiene. En el nombre de Jesús, amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
Este Plan de cinco días nos lleva a reflexionar sobre los diferentes espacios o escenarios en los que nuestra alma se mueve. A veces, en las alturas; otras, en lugares profundos de frustración, de desconfianza. Iremos juntos a la Palabra de Dios para buscar el consejo del Altísimo y dejarnos guiar a los espacios de bendición que Él tiene para nosotros.
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