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¿Cuando nos traen de comer?

Todos, en algún momento, hemos expresado: “Qué injusta es la vida conmigo”. El concepto de justicia pareciera que lo llevamos impregnado en nuestro ADN. No hace falta conocer su etimología o hacer una investigación extensa de su significado para, intuitivamente, identificar cuándo algo es injusto para mí.

¿Para mí? Espera ¿Acaso tenemos dificultades para ver la injusticia en los demás? Por supuesto. Es una asignatura que tenemos que desarrollar en nuestra madurez espiritual siendo empáticos y sensibles ante el dolor de quienes nos rodean. Pablo nos insta a ser sensibles y empáticos (Romanos 12:15), pero, no solo eso, si no también a ir más allá al darnos a ellos (Gal 6:2).

Jesús no se queda atrás y afirma “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.” (Mt. 5:6). El deseo de justicia no condena, al contrario, “sacia”. Pero las preguntas que no responde son: ¿cuándo? y ¿para qué? Estas dos preguntas nos ayudarán a encontrar cuál es el papel del cristiano ante la injusticia, porque podemos ser supervisores de las injusticias o "agentes activos" como herramienta para saciar el hambre de los que buscan la justicia. Cuando el Padrenuestro dice: "Venga tu Reino sobre nosotros" no habla de esperar el Reino, sino de construirlo aquí.

En Romanos 12:2, somos llamados a ser “inconformes transformados” para no conformarnos con el egoísmo e individualismo de nuestra sociedad, sino buscar, por medio de la transformación de nuestra mente, la voluntad de Dios, porque informarnos más nos lleva a ser más sensibles, lo cual nos da la oportunidad de construir y luchar por la voluntad de Dios -amar (en griego, buscar activamente el bien del otro) a mi hermano como a mí mismo (Mt. 22:39).

Medita en esto hoy. Este plan es para VENCER. ¡Que Dios te bendiga!

Josías Felix (Antídoto) - @antídoto_of