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Abriéndonos a la miseria

Misericordia. Esta palabra es rara. Les confieso que no sabía lo que significaba hasta hace poco. Según la RAE, etimológicamente hablando es: "Corazón que se abre a la miseria con voluntad de socorrer a quien lo necesita". ¡Qué profundo significado tiene este concepto! Vemos un corazón, o sea, sentimientos y emociones, abierto a los padecimientos de otros con la intención consciente de actuar en pro de los más necesitados.

Ahora que sabemos lo que significa y que Jesús nos pide misericordia hacia los demás, más que sacrificio (Mt. 9:13), ¿cómo podemos demostrarla? Te lo pongo en un ejemplo sencillo: un día, con un grupo de amigos, salimos a repartir comida por las calles de la ciudad; al ir entregando el alimento, el corazón de todos fue enternecido por las miradas de gratitud de aquellas personas que, en medio de la calle, la basura y la tristeza, dejaban ver una sonrisa de regocijo. Este sentimiento nacido en el corazón de todos se llama misericordia, y es solo una de las múltiples maneras en las que podemos aplicar la misericordia hacia otros con amor celestial. Además, este sentimiento trajo una alegría tal a cada miembro de este grupo de amigos que se podría comparar con estar "bienaventurado".

Hoy, quiero invitarte a abrir el corazón para dejar que sea realmente enternecido por el dolor de otros, y que este sentimiento pueda moverte a obrar con bondad hacia tus semejantes; recuerda que ellos, al igual que tú, son amados de Jesús y que "en cuanto lo hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hiciste" (Mt. 25:40).

¡Ánimo! Ya estamos en la mitad de nuestra serie devocional. Quédate hoy con esta reflexión que mañana continuaremos con otra de los Vencedores. ¡Bendiciones!

Raquel Alves (Soy Raqal) - @soyraqal