Los caminos del malo vs. los caminos del buenoMuestra

El salmo 1 manifiesta que existen diferencias sustanciales entre el camino de los justos y el camino de los malos o impíos. También muestra diferencias importantes en los resultados que se cosechan producto de andar en cada uno de esos caminos.

¿Cómo son los caminos del justo y del malo?

Los dos caminos representan dos estilos de vida disimiles con énfasis y prioridades opuestos (uno centrado en Dios y el otro centrado en las ambiciones humanas); dos formas diferentes de conducirse y de concebir las relaciones con Dios y con nuestros semejantes. Son dos estilos de vida diferentes, que conllevan hábitos, prácticas, valores y conductas contrastantes. También reflejan dos caracteres y condiciones del alma irreconciliables.

Una decisión trascendental

Elegir caminar por el camino de los justos o el camino de los malos es una decisión que genera consecuencias que abarcan toda la vida de la persona y, aun, tiene impactos eternos. La Biblia dice: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna” (Gálatas 6:7-8). 

Dos tipos de semillas o acciones y dos tipos de resultados

Los frutos que se recogen al final de cada camino, y en el proceso de andar en él, dependen de qué tipo de semillas se siembren.

La semilla que siembra el justo es una semilla de justicia, verdad y rectitud; en consecuencia, el fruto que genera es bendición, no en balde al justo se le llama bienaventurado (dichoso, bendecido). Al justo le acompaña el favor de Dios y, como consecuencia, los resultados que cosecha son positivos. Por el contrario, el fruto que genera andar por el camino de los malos termina por ser amargo, además de fugaz, producto de la semilla de maldad e iniquidad que siembra. 

• ¿Por cuál camino estás transitando: camino del malo o camino del bueno?
• ¿Qué tipo de semilla estás sembrando?