Los caminos del malo vs. los caminos del buenoMuestra

¿Cómo es el camino del justo? – Parte III

3. No se sienta en sillas de burladores (Salmo1:1)

 El justo no se identifica con la actitud del escarnecedor o burlador – despreciador de lo bueno y justo. El corazón del malo es un corazón endurecido – cauterizado por el pecado – al punto de convertirse en un escarnecedor que desprecia todo lo sagrado y espiritual, se burla del justo y toma por juego – como algo liviano - el pecado. El justo, por el contrario, muestra temor de Dios en sus acciones. La persona justa ve con tristeza la liviandad con que el malo concibe y ejecuta el pecado, sin ningún tipo de escrúpulo o remordimiento.

El justo no anda…ni se detiene…ni sienta en la posición del malo; más bien vive apartado de la maldad, preservándose en integridad y rectitud. El malo, por el contrario, describe un proceso degenerativo - de decadencia – hacia la maldad. Primero, es influenciado por los consejos de los impíos, lo cual indica que anda con malas compañías, haciendo honor al dicho: “Dime con quién andas, y te diré quién eres”. En segundo lugar, comienza a asociarse y participar con los impíos en sus malas obras y se desvía del camino de Dios. Tercero, se identifica con los que hacen escarnio, burla y menosprecio de lo bueno y virtuoso y demuestra que ha perdido toda sensibilidad y respeto por lo sagrado al justificar sus acciones.

Ante el hombre se abren dos caminos: 

(1) El camino del justo: caracterizado por la piedad, virtud, integridad, verdad y rectitud; y el otro,

(2) el camino del malo: caracterizado por la impiedad, el desprecio por las cosas de Dios y la maldad. 

Son dos caminos opuestos, excluyentes e irreconciliables: bien o mal, vida o muerte, bendición o maldición, justicia o impunidad.

• ¿Cuál es su actitud ante las cosas de Dios?