Gozo y paz cuando viene la adversidadMuestra

Preocuparnos por los demás 

Filipenses 2:25-26 dice: «Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades; porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado».

Pablo en esa situación (siendo Dios el centro de lo que sucedía), no pensaba en su pobre necesidad o en su injusta situación en la cárcel, ni cuestionaba por qué Dios permitía que sucediera eso siendo él su servidor. Su preocupación no era su vida sino los que estaban en Filipos. 

Pablo decidió enviar a la única persona que servía para enviarle comida, atender alguna necesidad o hacerle una visita, lo envió porque estaba preocupado por los filipenses. Esto es otra dimensión de vida, realidad y condición. Epafrodito también era un mensajero de la palabra, por eso Pablo lo envió para que fuera de consuelo para los filipenses. 

Este hombre que servía a Pablo había enfermado hasta el punto de la muerte. Estando enfermo, Epafrodito no se preocupaba por su enfermedad, puesto que había aprendido una forma de vida y una manera de la expresión de Cristo. En medio de la situación, la preocupación de Epafrodito eran los creyentes de Filipos. Pablo y Epafrodito no actúan con la razón, no con la razón humana.

Pablo dice que, envió a ver a los filipenses, a quien estaba enfermo a punto de morir y quien lo visitaba. A Pablo no le importaba quedarse sin la compañía y servicio de Epafrodito, porque para él lo importante era consolar a los filipenses. 

Pablo dijo a Epafrodito que cuando estuvo a punto de morir causó una preocupación a los filipenses, no porque iba a morirse sino por estar preocupado por ellos. ¿Por qué Epafrodito estaba preocupado? Dice Filipenses 2:27-28: «Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza. Así que le envío con mayor solicitud, para que al verle de nuevo, os gocéis, y yo esté con menos tristeza».

Epafrodito no estaba afligido por su salud, salvación u otras cosas, sino que se encontraba angustiado por los filipenses porque oyeron que él estaba enfermo (Filipenses 2:26). Esta palabra «angustiado» en el original griego es ademoneo que quiere decir angustiado o afligido. En su lecho de muerte, su preocupación no era su vida sino la de los demás.