Aprendamos de las sombrasMuestra
Un ejemplo de lo que no debemos hacer
1 Corintios 10:6 dice: «Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron». Israel no era el propósito, plan y objetivo, sino un ejemplo que Dios hizo para mostrarnos y enseñarnos. Fue una historia que ilustraba verdades.
Hay personas que idolatran y casi ponen al nivel de Dios a los judíos. Sin embargo, ellos existieron, experimentaron vivencias del Señor y escribieron los eventos que conocemos en la historia bíblica, porque Dios quiso dejarnos un ejemplo de lo que no debemos hacer. Ese pueblo fue un ejemplo de lo malo, que no debemos hacer.
Ellos codiciaron, porque teniendo el maná pidieron carne para tener una comida grata al olfato. El maná era una receta para mantenerlos sanos durante la jornada y fuertes en el tiempo que durarían allá. La carne iba a acortarles la vida, pero el maná era la vida. El maná garantizaba sostenimiento en la jornada con salud y fortaleza, el otro era un antojo que no servía para esas condiciones.
El maná era una sombra de Cristo que nos da vida en el Espíritu. Cristo es lo que requerimos para tener salud y fortaleza en nuestra jornada. Esta sombra, enseña que nuestros sentidos nos engañan porque presentan opciones que, a la vista, gusto y olfato podrían ser satisfactorios, aunque no convenientes.
Cristo, el maná que es la vida, puede parecer insípido a los sentidos naturales, pero es lo que nos da permanecía y garantiza que lleguemos a la posesión de la herencia, que es él. Cristo es el pan que descendió del cielo, del cual comemos no en un rito llamado la santa cena, puedes comer la galleta y nunca comer de él. Cristo es la experiencia de ser alimentados con él y por él.
Cuando Cristo ilustró la realidad del nuevo pacto, dijo: «coman, este es mi cuerpo el cual se ha partido entre todos, y ahora soy de ustedes». Coman de eso y reciban esa verdad. Anhelen comer de ese Cristo que produce vida en el Espíritu.
Bebemos de la roca eterna que nos da agua y no volvemos a tener sed. Varias personas beben agua continuamente, no porque tengan sed, sino porque es beneficiosa para la salud, no lo hacen por necesidad. Bebemos de Cristo no porque tengamos sed, ya fuimos saciados por él. Sino que no nos cansamos y vemos que cada día en el interior fluye un río de agua, que salta para vida eterna.
Acerca de este Plan
El pueblo de Israel fue sumergido en dos experiencias que los identificaba como una nación única. La primera experiencia fue cruzar el mar, que les abrió el camino a la libertad plena sin la amenaza de un faraón que los persiguiera. La otra experiencia fue la protección y presencia de la nube sobre sus vidas.¿Qué nos enseñan esas sombras? Te invitamos a descubrir la riqueza que está en estas sombras.
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Nos gustaría agradecer a Gerardo Cárdenas, pastor de la iglesia Centro Cristiano Alfa y Omega en Houston, Texas; y a El Centro Network por presentar este plan devocional. Si desea saber más de estas organizaciones, por favor visite http://www.centrocristiano.org y http://www.elcentronetwork.com