Con los ojos que vesMuestra

Los ojos de Dios no ven, miran; hay una diferencia entre ver y mirar. Ver es simplemente usar el sentido de la vista, pero Mirar, es fijar la atención en algo o alguien. Las acciones de ver y mirar, aunque son verbos que pueden parecer similares, implican, el uno, no demandar esfuerzo, sino usar un sentido mas; pero mirar, implica decisión, intencionalidad de atender una actividad, persona o cosa.

Este Salmo nos dice que Dios nos mira desde donde vive, está pendiente de cada uno de nuestros actos y evalúa la intenciones de cada uno de ellos. Luego, hace una comparación entre la fuerza de un valiente o de una persona en liderazgo y la persona que esta bajo la mirada de Dios. No es el poder humano lo que es una garantía, es estar bajo la mirada de Dios lo que nos garantiza una salvación. Nadie se salva a sí mismo, aun cuando tenga la mejor estrategia. 

Estar bajo la mirada de Dios es una garantía de tener vida en tiempo de escasez para gozar de la misericordia, para alegrarnos. Por eso, este Salmo es una invitación a confiar plenamente en Dios y anhelar estar bajo su mirada. No hay que escondernos de Dios, es mejor que nos mire con atención, esa es garantía de salvación.