Con los ojos que vesMuestra

Historia de la sanidad del ciego de Betsaida. Jesús hizo muchas sanidades de ciegos: a unos los tocó, a otros les untó barro, a otros les habló. No importa la forma, ni porque había tantos ciegos, lo evidente en el texto bíblico es que era un flagelo social.

En este caso, la sanidad de este ciego se da inmediatamente después de que los líderes religiosos del momento le piden a Jesús una señal milagrosa para creer y Jesús se va a otro lado del lago y aprovecha la navegación para decir a sus discípulos que se cuiden de la levadura de los religiosos, refiriéndose al orgullo que produce el creerse superior por haber creído en Dios. Cuando llegan al otro lado, unos le traen a una persona ciega. Jesús toma al ciego y lo lleva fuera de la ciudad, ahí lo sana.

Esta sanidad tenía dos mensajes: el primero es: ten cuidado, no creas que tienes toda la visión del mundo religioso, porque puedes estar equivocado, Dios no ve las cosas como tú las ves. El segundo: no te atrevas a creerte superior porque has creído, por el contrario, cree con reverencia a Dios que te abrió los ojos del alma para que vieras y creyeras en Él. Lo interesante de esta sanidad es que Jesús sana al ciego afuera de la ciudad y, cuando el milagro esta completado, Jesús le ordena no volver al pueblo sino ir a su casa de inmediato.

¿Cuál es la lección aquí? Deja que Jesús abra tus ojos, pero luego no mires hacia atrás, no vuelvas a lo mismo, mira de frente y ve a ayudar a tu familia.