[Serie La manifestación de Cristo en nosotros] Parte 1Muestra

Mente natural y mente de Cristo

Las profundidades de la vida de Dios no se aprenden en libros escritos por los hombres, si no fluye del conocimiento de la mente de Cristo en nosotros. Hasta que no aprendemos a vivir de la revelación de la mente de Cristo, no vamos a poder tener esa expresión de vida. Necesitamos creerlo, necesitamos practicarlo y requerimos experimentarlo. Debemos creerlo y vivir la experiencia de ser enseñado desde adentro, para que de esa enseñanza de adentro fluya a tu mente natural y si tú no lo crees, será difícil que lo vivas.

El conocimiento divino más acertado, el que produce transformación, es aquel que proviene no de mis sentidos naturales, sino de eso que escucho y veo con la mente de Cristo. Entonces, de ahí se obtiene la verdad que produce vida y es cuando tiene sentido, cuando estás leyendo la Escritura estás recibiendo esas palabras con tus ojos naturales. Esas palabras tienen el propósito de convertirse en espíritu y vida. Tienen el poder, deben producirse y transformarse en espíritu y en vida. El espíritu va a tomar de la sabiduría que ya habita en ti, no va a tomar de algo de afuera, sino el espíritu que habita en ti va a tomar de esa mente de Cristo, de esa sabiduría que ya está en ti para entonces darte testimonio de esa verdad que estás leyendo. El Espíritu Santo va a testificar y a decir: esa es la verdad.

La mente natural es imperfecta por eso tiene que ser transformada, tiene que ser renovada. Pero la mente de Cristo en ti es perfecta, no tiene falla. La mente natural puede ser engañada, la mente de Cristo posee toda verdad. La mente natural está limitada, pero la mente espiritual es ilimitada, todo el conocimiento y la sabiduría de Cristo están allí. La mente natural olvida las cosas, olvidar es parte del proceso natural del envejecimiento; en la mente espiritual el conocimiento espiritual nunca se olvida porque no proviene de esta mente que envejece, proviene de dentro, del espíritu. La mente natural solamente puede captar las vivencias, lo que ves, escuchaste, lo que te dijeron, lo que estudiaste; la mente del espíritu capta aun lo que tú nunca viviste, el testimonio del espíritu dentro de ti te va a dar testimonio de cosas que ni siquiera tú conocías, porque no estuviste allí.