[Serie ¿A quién alcanzaras?] En la Tierra, como en el cieloMuestra

Restablece tus prioridades – nuestras relaciones más significativas

¿Puedes imaginar el momento en que Jesús dijo: "Sígueme" a Sus discípulos? Piensa en las implicaciones de este llamado: seguir a Jesús implicaba un compromiso de tiempo y confianza. Si quieres que una relación crezca, necesitas dedicarle tiempo. Solo hacemos tiempo para lo que nos importa y consideramos una prioridad. Cuando no tienes tiempo para algo o para alguien que consideras una prioridad, lo crearás, restablecerás tus prioridades.

Simón y Andrés valoraron tanto su relación con Jesús que no solo dedicaron su tiempo para Él; también le rindieron sus carreras. El plan eterno de Dios se convirtió en su máxima prioridad. Cuando dejaron su bote, que simbolizaba su único medio de supervivencia, consagraron su carrera al servicio del reino de Dios.

A medida que continuamos leyendo el texto en el evangelio de Mateo, encontramos a Jesús llamando a otros dos hermanos: Santiago y Juan, hijos de Zebedeo. La Palabra de Dios nos dice que estaban en un bote con su padre, preparando sus redes (Mateo 4:21). Jesús los llamó e inmediatamente dejaron el bote y a su padre. El plan y el propósito eterno de Dios para nuestras vidas requieren el restablecimiento de las prioridades de nuestras relaciones más significativas.

Cuando requieres que alguien vuelva a restablecer las prioridades de su carrera y de sus relaciones más significativas, le estás pidiendo que te dé todo su corazón. Lo quieres todo. Jesús quiere tener nuestro todo porque lo dio todo por cada uno de nosotros. (1 Timoteo 2:6) NTV.

Otro punto que vale la pena notar con respecto a volver a restablecer las prioridades de nuestras relaciones, tiene que ver con una errónea suposición que a menudo hacemos. Algunos de nosotros podemos suponer que, para restablecer prioridades en nuestras relaciones, necesitamos amar menos a nuestra familia, esposo, esposa, hijos o amigos. Jesús no nos pide que amemos menos a nadie; Él nos pide que le amemos más. Jesús se convierte en nuestra prioridad número uno y a partir de esa relación, todas las demás relaciones no solo continuarán en nuestras vidas; también se beneficiarán y prosperarán debido a nuestra relación con Jesús.

Cuando amas a Jesús más que a nada y nadie en el mundo, en realidad esto te cambia a ti. El cambio interno afecta el tipo de hombre o mujer de negocios que eres, el tipo de esposo o esposa que eres; cambia la forma en que tratas a tus hijos y a todos los demás. Cuando tu relación con Jesús se convierta en tu prioridad número uno en la vida, tu carrera y tus relaciones cosecharán una vida de bendiciones, y el propósito y plan eterno de Dios se harán en la Tierra, como en el cielo.