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[Serie ¿A quién alcanzaras?] En la Tierra, como en el cielo

DÍA 1 DE 6

La voluntad de Dios – que todos sean salvos

La oración nos pone en contacto con Dios. Conecta el cielo y la Tierra. Tan pronto como decimos: "Padre nuestro", sabemos con certeza que Dios nos está escuchando. En Mateo 6: 9–10, Jesús dice: “Ustedes deben orar así: ‘Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo’” (NVI).

Como hijos de Dios, entendemos de primera mano de qué se trata Su reino:

1. Justicia: Hemos sido justificados ante Dios, a pesar de ser culpables de pecado, debido a la vida y muerte de Jesús en la cruz.

2. Paz: Después de ser justificados, estamos en paz con Dios, ya nada nos condena, y no somos enemigos de Dios.

3. Gozo: El resultado de los primeros dos puntos.

Piensa en las implicaciones de la llegada del reino de Dios a tu vida. ¿Recuerdas cómo te sentiste la primera vez que escuchaste las buenas noticias del evangelio? ¿Puedes recordar la maravillosa sensación que experimentaste cuando escuchaste que Dios amaba tanto al mundo que envió a Su único Hijo para salvarnos a ti y a mí?

Ahora, me gustaría que retengas ese pensamiento y emoción por un momento, y te des cuenta de que Dios envió a Su único Hijo a morir por el mundo entero. No solo por ti y por mí, sino por todos nosotros. La Escritura nos dice que Dios quiere que todos sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2: 3–4).

La salvación del mundo entero fue Su plan desde el principio de los tiempos. El amor de Dios por nosotros es eterno, y como Sus hijos, somos parte de Su plan y propósito eternos: revelarle al mundo cuánto nos ama.

Jesús dio su vida en rescate por todas las personas (1 Timoteo 2:6). ¡Esta es una noticia maravillosa! Sin embargo, si miras a tu alrededor, la mayoría de las personas con las que te encuentras todos los días están desamparadas, en constante temor y casi nunca experimentan gozo. No pueden confiar en nadie para librarlos de sentir y vivir de esta manera.

En palabras del apóstol Pablo: "Pero ¿cómo van a invocarlo, si no han creído en él? ¿Y cómo van a creer en él, si no han oído hablar de él? ¿Y cómo van a oír, si no hay quien les anuncie el mensaje? ¿Y cómo van a anunciar el mensaje, si no son enviados? Como dice la Escritura: «¡Qué hermosa es la llegada de los que traen buenas noticias!». Pero no todos han aceptado el evangelio. Es como dice Isaías: «Señor, ¿quién ha creído al oír nuestro mensaje?». Así pues, la fe nace al oír el mensaje, y el mensaje viene de la palabra de Cristo. Pero yo pregunto: ¿Será tal vez que no oyeron el mensaje? ¡Claro que lo oyeron! Porque la Escritura dice: «La voz de ellos salió por toda la tierra, y hasta los últimos rincones del mundo llegaron sus palabras»". (Romanos 10:14-18) DHH.

Mi pregunta para ti hoy es esta: ¿Estás dispuesto a compartir las buenas noticias sobre el evangelio de Jesucristo con aquellos que nunca han oído hablar de él?

Día 2

Acerca de este Plan

[Serie ¿A quién alcanzaras?] En la Tierra, como en el cielo

A menudo nos preguntamos sobre nuestro propósito en la vida. Jesús no nos llama porque sabemos hacerlo todo. Nuestro llamado principal es a seguirle: el ministerio es una consecuencia de nuestro diario caminar con Dios. Jesús elige a aquellos que están dispuestos a caminar con Él y ser de bendición para quienes los rodean. Al hacerlo, la voluntad de Dios se hará en la Tierra como en el cielo.

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Nos gustaría agradecer a Gregg Matte por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://houstonsfirst.org/