PérdidaMuestra

SENTIRSE ENGAÑADO
No quiero suponer nada sobre lo que estén pasando, pero sé que algunos se sienten engañados en este momento. Había algo planificado, de alguna manera pensaron que en este año todo saldría bien y eso simplemente se esfumó. No fue su culpa, no hay nada que hubieran podido hacer, pero ahora el sueño murió. Me ha pasado y lo entiendo... pero, ¿qué hacemos ahora?
Ya hemos hablado del dolor de la pérdida y está bien ahora permitirse sentirlo por un tiempo. Pero, a veces, también necesitamos un cambio de perspectiva y en eso nos ayudará nuestra lectura de hoy. Vean, por mucho que no queramos oírlo, nunca tuvimos el derecho de tener la experiencia o el plan que estábamos esperando. Puede que fuera algo bueno, tal vez trabajaron mucho por llegar a ese punto, pero nunca fue una garantía. Muchas veces queremos ver a Dios como una especie de genio de la felicidad... seguramente Él quiere que seamos felices, ¿verdad? Entonces, si algo sucede repentinamente y se lleva la fuente potencial de felicidad, ¿qué está haciendo Dios?
Dios te ama (más de lo que puedas incluso comprender) y por supuesto que desea lo mejor para ti. Sin embargo, la principal prioridad de Dios no es tu felicidad. Él desea que tengas gozo (que es diferente a la felicidad), y desea que estés cerca de Él, que te parezcas más a Jesús y que finalmente también guíes a otros a conocerlo. Obtener todo lo que queremos y esperamos que suceda no nos llevan necesariamente a los resultados más importantes.
Bien, pero ¿qué hacemos con todo eso? Hoy quiero dessfiarte a detenerte por un momento mientras lees estos pasajes y tomar una nueva perspectiva sobre quién es Dios y quiénes somos nosotros. Dios es Bueno, Todopoderoso, Omnisciente y completamente Perfecto y Santo. En comparación, somos pequeños, no del todo buenos y completamente imperfectos. Con eso en mente, realmente no merecemos mucho de lo que Dios nos da. El hecho de que obtengamos cualquiera de las bendiciones que hay en nuestra vida es un milagro y una poderosa manifestación de la bondad y gracia de Dios. Así que, aunque esté bien estar triste por lo que perdimos, sigamos conscientes de que de todas maneras tenemos mucho que agradecerle a Dios. No merecemos nada de esto, pero Dios ha llenado nuestra vida con cosas buenas.
Escrituras
Acerca de este Plan

Nadie quiere experimentar una pérdida, ¿cierto? Pero cuando las circunstancias que están fuera de nuestro control destrozan nuestras oportunidades, ¿qué se supone que debemos hacer con el sentimiento de pérdida que eso conlleva? ¿Qué hacemos con todo lo que pensamos que iba a pasar y tan solo se desvanece? Este Plan nos ayudará a pensar cómo Dios puede caminar con nosotros en medio de ese dolor.
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