El pasado, Pisado.

Por Samara Pérez

¡Todos tenemos un pasado!

Tiempos buenos y otros no tan buenos, personas que dejaron grandes huellas en nosotros y otras que nos dejaron cicatrices, momentos de risas y momentos de dolor. Lamentablemente, no existe una máquina del tiempo como la hemos visto en muchas películas que nos den la posibilidad de regresar y cambiar todo. Y, si existieran, ¿serías capaz de regresar para confrontar a aquella persona que te hizo tanto daño?

Lo importante que debes entender es que Dios creó el tiempo para que avanzara, no para que se detuviera, y lo mismo debemos hacer nosotros.

En esta parte de la Biblia, vemos cómo Dios, a pesar de haberle regalado la victoria al pueblo de Israel sobre Faraón y los egipcios, no se queda recordando esa victoria constantemente como un trofeo que puede exhibirse en una vidriera para sacar, desempolvar, recordar, hablar y volverla a guardar. ¿Y sabes por qué? Porque Dios es un Dios de constante movimiento, de cosas nuevas, creativo y visionario.

Dios tuvo que recordarles, en este versículo, un evento para que abrieran sus ojos y creyeran en lo que Él es capaz de hacer.

Me gustan mucho estas palabras: “Yo soy el Señor, que abrió un camino a través de las aguas, e hizo una senda seca a través del mar”, es decir, “Yo soy el Señor de lo imposible”. ¿Crees que Dios no lo puede volver a hacer contigo? En este pasaje, Dios nos recuerda que lo que Él está haciendo es mayor, es más grande, es más glorioso, y más poderoso.

En mi vida, he tenido que pelear con las sombras del pasado, pero me he dado cuenta de que tengo dos opciones:

1. Yo vivo en un tiempo “presente”, donde muchas cosas pueden cambiar y
2. El pasado es un tiempo que quedó detrás de mí, ya no existe; si lo piso, lo despido y, si lo abrazo, lo haré mi compañero de vida.

Así que decidí: “Pasado, pisado”, y sigo mi camino, confiando que Dios hará un camino donde yo pensaba que no había ninguno. Así que: ¿QUIÉN DIJO MIEDO?

Goals/Metas

• El pasado no se olvida, pero se puede  desconectar. Haz lo que tengas que hacer para desconectarte de tu pasado.
• Si el pasado tenía razones para   entristecerte, Dios tiene un futuro para alegrarte. Estudia su palabra y  descubre lo que Dios tiene para ti.