Miedo al Rechazo.

Por Samara Pérez

Muchos dicen que el rechazo es como un puñal clavado en el corazón. De hecho, un estudio de la Universidad de Michigan ha concluido que nuestro cuerpo crea las mismas sustancias químicas cuando sufres un rechazo social que cuando te das un golpe. ¡Wow!

Ahora entiendo, cuando era niña, por qué me daba tanto sentimiento y ganas de llorar cuando en la escuela mis amiguitas jugaban en el patio de la escuela y yo les preguntaba si podía jugar y me decían que no porque estaban completas. Recuerdo irme a una esquina a llorar y tener que secar mis lágrimas y seguir mi camino. ¡El rechazo es muy duro!

Todos, en algún momento, lo hemos experimentado en nuestras vidas y sabemos que es una experiencia amarga. La historia de José es una historia muy triste, porque el rechazo es más duro cuando viene de tus seres queridos.

El rechazo tiene una raíz muy poderosa, y esa raíz es “la envidia”. Las personas tienden a rechazar a otros cuando se sienten amenazados por una característica particular que la otra persona posee; esto crea en ellos mucha inseguridad, por lo tanto, les da envidia y la única manera de protegerse es rechazando.

José tenía algo especial: primero era un joven que amaba, obedecía y respetaba a su padre, por eso su padre lo honraba frente a sus hermanos. Las cosas espirituales eran, para José, una prioridad, por eso Dios le mostraba a José una asignación en cada sueño. Los hermanos de José no llegaron a entender las cosas espirituales porque simplemente no eran su prioridad. Recuerda, mucho de ellos eran casados, con familias grandes, bienes materiales, etc. Para José era importante compartir sus sueños y metas con su familia, pero, lamentablemente, cuando la familia no está en la misma página del libro, nunca entenderá ni tu visión ni tu propósito.

Probablemente, le tengas miedo al rechazo, pero recuerda algo: “La envidia es la recompensa de aquel te admira en privado”.

¿Te rechazaron? Con Dios, ¿Quién dijo miedo?

Goals/Metas

• El rechazo es necesario. No puedes vivir toda una vida complaciendo a los demás para ser aceptado. ¡Valórate!
• Establece tus límites, quienes te rechazan tiene grandes problemas de aceptación y amor propio. ¡Compréndelos!