Reteniendo mi sanidad

La biblia habla que Dios nos amó cuando aún nosotros no le conociéramos y hacíamos nuestra vida lejos de su voluntad. Cuando nosotros le aceptamos, y recibimos su vida en nuestro corazón, tenemos una transformación y nuevo nacimiento, no por nuestras acciones, sino por el poder y amor de Dios que nos rescata, sana y limpia, a través de Jesús.

La sanidad es igual, si sigues con síntomas o si has recibido la sanidad de Dios pero luego, vuelven algunas amenazas de volver a tener el mismo diagnóstico, no te afanes, la palabra de Dios no cambia.

Esto no significa que haya algo malo en ti, tampoco que haya algo malo en Dios o que su palabra no funcione. La sanidad es un proceso y a veces, tiene diferentes maneras de mostrarse, pero eso no significa que no sea real.

Hace unos cuantos meses, cinco años después de haber durado sin medicina y luego de ver, con todas las evidencias que la enfermedad ya no estaba, mi cuerpo comenzó a pasar por un proceso de sanidad nuevamente.

Para serte honesta, uno de mis pensamientos fue ¿Qué hice mal? ¿Qué hice para que la “sanidad” se fuera de mi cuerpo? ¿Será que la espanté con un mal genio? ¿Estará molesto conmigo mi Padre?

¿Te ha pasado? ¿Te identificas conmigo?

¿Qué podemos hacer?

Tal vez puedas decir que esto no aplica para ti, que no tienes un dolor físico. Pero, ¿qué me dices de las conductas tóxicas recurrentes? ¿De ese vicio que no has podido dejar? ¿De esa lucha que no muchos saben y que te cuesta aceptar?

Para una u otra cosa, el corazón restaurador y sanador de Dios, a través de Jesús, es el mismo.

La batalla de la fe no habla de arrebatarle al infierno o al diablo las llaves de tu vida, eso lo hizo Jesús, nuestra batalla es usar nuestras palabras, sincronizándolas con el cielo, para que se haga en la tierra lo que Dios ya dijo en el cielo.

¿Qué quiero decir? Habla vida a tu cuerpo, habla y di con voz audible el poder de Dios sobre cada parte de tu cuerpo, No permitas que el temor o la culpa te distraigan del poder de Dios, eres sano por el amor de Dios a través de Jesús, su amor no cambia, es el fiel. RESISTE y permanece en la voz del Señor, no te distraigas, enfócate.

Repite conmigo esta oración basada en Marcos 11:23

Padre, gracias porque hoy comprendo que el universo fue creado por medio de las palabras, entiendo que tú has puesto en mi boca un timón que determina para donde voy y traza el rumbo de lo que vivo. Gracias, porque hoy sincronizo mi corazón y mis palabras con las tuyas, entendiendo que lo que se ve, es creado por lo que no se ve, que experimentaré todo tu poder sanador y restaurador a partir de creer en ti y confesar con mi boca las maravillas que tu amor manifestado en Jesús, ha traído para mi vida. Hoy creo que toda enfermedad se quita de mí, que no tiene cabida en mi vida, que todo síntoma no puede permanecer en mi cuerpo, no dudo que tu palabra es verdad, sé que está sucediendo y me ha sido concedido.

En verdad os digo que cualquiera que diga a este monte: «Quítate y arrójate al mar», y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será concedido. Marcos 11:23 LBLA