5 razgos para forjar un carácter piadoso: Devocional de 5 díasMuestra

Dios busca gente humilde

El espejo nunca miente, y lo que sientas al mirarte en él te dirá mucho sobre la persona que ves. Si una persona de buen carácter está en el espejo, entonces serás humilde al respecto. Nada te rebajará más que el orgullo, y nada te elevará más que la humildad.

La mujer más famosa de la Biblia expone la humildad en brillante tecnicolor. Prácticamente todo el mundo conoce a María por su nombre de pila. La propia Escritura dice que ella es la más bendecida y la más favorecida por Dios de todas las mujeres de la Biblia y, en realidad, de la historia. Aún hoy, es una mujer admirada casi universalmente por miles de millones de personas en todo el mundo.

La primera vez que nos encontramos con María, un ángel de Dios le está hablando, una joven que vive en una región pobre, comprometida con un humilde carpintero. Si hubieras pasado junto a esta joven, ni siquiera la habrías volteado a ver.

Aquí estaba una chica que no era nadie, viviendo en un pueblo que no era nada, en medio de ninguna parte. Pero se encuentra cara a cara con un ángel.

¿Por qué el Hijo de Dios vino a este mundo a través de una adolescente soltera y embarazada en una cultura que honraba la virginidad y avergonzaba el embarazo fuera del matrimonio? ¿Por qué Jesús no iba a nacer en el cómodo entorno de un palacio real, sino en el comedero de un establo?

Porque Dios valora la humildad. Dios desprecia a los orgullosos, pero se deleita en los humildes. Isaís 66:2 dice: “Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu,”

María nunca se habría escogido a sí misma como madre del Hijo de Dios, y no puede creer que Dios lo haya hecho. Aquí vemos un retrato de su humildad. La humildad no essolo o no pensar en uno mismo más de lo que debería; es no pensar en uno mismo en lo absoluto.

María se convirtió en la madre del Mesías. Pero ser la madre del hombre más grande que jamás haya existido, no se le subió a la cabeza; se le subió al corazón.

Las personas que llaman la atención de Dios no son los altivos; son los humildes. No son las personas que ven cuán alto pueden estar, sino cuán bajo pueden caer. No son las personas que empujan al frente de la fila, sino las que voluntariamente van al fondo. Dios busca gente humilde.