El discipulado es un compromiso radical (parte I)Muestra
A lo que se debe renunciar II
Renuncia a las vinculaciones familiares
«Sígueme. El respondió: permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre. Jesús le replicó: deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar por todas partes el reino de Dios».
Jesús reclama el negarse a mantener un vínculo familiar, en la medida en que pueda interponerse entre Jesús y el llamado a seguirlo, para no obstaculizar o entorpecer el seguimiento en el Reino. Está claro que Jesús espera obediencia y decisión. No de una manera tirana, pero sí con mucha firmeza, deja clara la importancia de su llamado.
Muchos estudiosos consideran que es en este último texto donde la radicalidad del llamado de Jesús al seguimiento alcanza su máxima intensidad. La frase «sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos», es impensable dentro del campo ideológico judío, ya que se trata de una herida a las más altas exigencias de la piedad religiosa y muestra la más absoluta y rápida exigencia con la cual no hay comparación.
Con razón ha podido decirse que este modo de llamar de Jesús a su seguimiento «nos confronta con lo último» y, por eso, no tiene paralelo y solo es comparable con la llamada que el mismo Dios hace. El seguimiento al discipulado de Jesús exige una «rendición sin condiciones». Sus llamadas, al estar dotadas de una cruda incondicionalidad, conducen a la «inseguridad total», a la renuncia de guardar para sí la propia vida.
En esta radicalidad absoluta de la llamada de Jesús al compromiso, la reflexión cristológica encuentra uno de los puntos fundamentales. Decididamente, unas llamadas dotadas de esa radicalidad solo pueden justificarse si proceden finalmente de Quien se sabe especialmente autorizado para hablar y actuar en nombre del mismo Dios, es decir, el Hijo de Dios. En otro caso, habría que considerarlas infundadas y hasta intolerables. ¿Cómo permitir a un simple ser humano que llame así a su seguimiento? No obstante, Dios mismo, por medio de Cristo, puede demandar de quienes llamó todo lo que él quiera, y como él quiera.
Oro para que nos ilumine aquellas situaciones a las que debemos renunciar, por difíciles que parezcan. Solamente viviendo a Cristo podremos tener esa vida que tanto anhelamos como hijos de Dios.
Escrituras
Acerca de este Plan
Al admitir que seguir a Jesús con su radicalidad y universalidad como fórmula breve del reino, ¿no convertimos la vivencia en Cristo en algo exclusivo para minorías heroicas? ¿No vinculamos la fe en Cristo a un altruismo ético, idealista e impracticable para la mayor parte de los seres humanos? ¿No convertimos el evangelio del reino en una utopía rechazable por excesiva? En este Plan devocional, hablaremos de este apasionante tema.
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Nos gustaría agradecer a la American Bible Society / El Centro Network por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: http://www.americanbible.org