El discipulado es un compromiso radical (parte I)Muestra
El discipulado demanda una renuncia total
En el primer día de este Plan devocional, quedaron planteadas un buen número de inquietudes que oro hayan llevado a la reflexión y análisis delante de Dios. Confieso que me resulta mucho más fácil plantear dicha cuestión formulando las preguntas referidas u otras similares que encontrar respuestas plenamente satisfactorias. Para intentar avanzar en la búsqueda de tales respuestas, vayamos por partes. Empezaré por clarificar esa convicción primera y clave que identifica el Evangelio con seguir a Jesús. Para ello será necesario precisar en qué consiste la radicalidad del compromiso del Reino y qué razones tenemos para sostener que la llamada de Cristo a seguirlo y servirle no está hoy restringida a solo algunos, sino que tiene alcance universal.
En los relatos evangélicos encontramos ejemplos de llamadas a seguirlo, formuladas por Jesús y dotadas de gran radicalidad. Las breves y estilizadas historias de los llamamientos están situadas al principio de los Evangelios. Lucas introduce más tarde un grupo de sentencias de seguimiento, cuando Jesús se dispone ya a subir a Jerusalén. Nos interesa simplemente destacar la inequívoca radicalidad de tales llamadas, que se concreta en la exigencia imperiosa de una entrega incondicional que, a su vez, implica una serie de renuncias fundamentales. Vemos que el compromiso en el Reino únicamente puede realizarse en un acto de incondicional entrega al llamado de Cristo, con una plena sumisión de nuestras vidas a Él.
Sorprende, en primer término, que Jesús, al realizar esos llamados que exigen una entrega tan incondicional, no ofrezca explicación o motivación alguna. Pese al carácter decisivo de las mismas, no van acompañadas de un programa, proyecto o meta, ni se hace la menor alusión a las consecuencias que de ellas pueden derivarse. ¿Qué se nos dice sobre el contenido del seguimiento? «Sígueme, ven detrás de mí». Eso es todo. Al lado de Jesús, no hay otro contenido. Él mismo es el contenido.
Al vincular consigo mismo tal inquietante inmediatez a la persona llamada, Jesús plantea la renuncia a todo lo que se opone a la construcción de los sólidos cimientos que requiere el seguimiento real, tal como lo plantea en Lucas, capítulo 14, con su rotunda conclusión final: «todo aquel de vosotros que no renuncia a todo lo que tiene no puede ser discípulo mío».
La razón del llamado insiste en la renuncia a la familia y, de forma especial, en la renuncia a los bienes materiales, pero se enfatiza en la renuncia al apego a la propia vida. Sin embargo, de lo que se trata, en definitiva, es de renunciar a todo lo que pueda interponerse entre Jesús y el que ha sido llamado. ¿Estas listo a renunciar a aquello que se interponga entre tú y Jesús?
Acerca de este Plan
Al admitir que seguir a Jesús con su radicalidad y universalidad como fórmula breve del reino, ¿no convertimos la vivencia en Cristo en algo exclusivo para minorías heroicas? ¿No vinculamos la fe en Cristo a un altruismo ético, idealista e impracticable para la mayor parte de los seres humanos? ¿No convertimos el evangelio del reino en una utopía rechazable por excesiva? En este Plan devocional, hablaremos de este apasionante tema.
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Nos gustaría agradecer a la American Bible Society / El Centro Network por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: http://www.americanbible.org