Superar la situación

Esta noción de “superar la situación” no es una de superioridad o de mayor espiritualidad. Es una de rendirse. Es una de confianza y de dejar ir. 

Aprendimos en el devocional de Despertar que a veces las circunstancias que podemos estar batallando nos han sido dadas por Dios como parte de Su plan de rescate. Pero, aún cuando hemos aceptado que tenemos que caminar a través de estas circunstancias, muchas veces no podemos encontrar la paz, claridad, visión o alivio en la tormenta.

Estamos condicionados por el mundo a no tener miedo de decirle a los demás que estamos luchando o sufriendo. Promovemos el ser abiertos y honestos en admitir donde nos encontramos. Yo no veo problema con esto, al no ser que esto promueva una mentalidad de víctima. Las dos pueden ir de la mano- reconocemos que estamos luchando, el mundo nos felicita por nuestra disposición de compartir nuestra lucha, y se nos da un pase libre a la autocompasión, a jugar el papel de víctima y acumular la simpatía de los que nos rodean. Este ciclo nos incentiva a quedarnos donde estamos, tanto así que ya no sabemos cómo identificarnos sin esa lucha; se convierte en parte de quiénes somos y hasta una carga. Tratamos de volar con ella, pero eventualmente nos trae abajo y nos impide levantarnos.  

Yo no creo que este ciclo refleje los valores del Reino. Nuestro versículo del día no se alinea con el de ser una víctima. Creo que tenemos que llegar a un lugar donde nuestras luchas, fuegos, dificultades y situaciones ardientes nos lleven a mayor libertad, paz, gozo y descanso.

Así como en el devocional de ayer, “Termales” – las condiciones perfectas para el descanso y la elevación – son creadas por el calor. Sin embargo, tendemos a tomar el camino humano – fijando nuestra mirada en el fuego de bajo. Gastamos energía con aleteos sin dirección; nuestra dirección no es intencional porque estamos fijando la mirada en la situación abajo porque es donde nos sentimos más en control.  

Lo que no hemos entendido es que ese calor fue creado con la intención de elevarnos a un lugar de descanso donde podemos ver hacia delante y buscar dirección, claridad y visión. En el orden natural de Dios, el calor fue creado para elevarse.

Así que, ¿habrá algunas mentalidades de víctima que tenemos que reconocer y dejar de entretener? Tome unos minutos y piense si hay posibilidad de que hayas estado moviéndote por la vida sin dirección, enfocándose en los problemas en vez de usarlos como una oportunidad de elevarse y ver nuevas perspectivas.