Termales

He crecido leyendo estas famosas palabras de Isaías, deseando “remontarme” sobre los problemas de la vida como un águila, volando fácilmente sobre los termales y las corrientes. Sin embargo, a través de mi camino de fe, nunca había tomado el tiempo de detenerme y entender qué exactamente son los termales y cómo son creados. Cientos de años antes de que existiesen las herramientas científicas, Isaías pudo vislumbrar un poco los principios que Dios había dejado impresos en la naturaleza los cuales podemos aplicar a nuestras vidas hoy.  

Los termales son un fenómeno natural creados por el aire caliente en la superficie de la tierra que sube y se hace menos denso que el aire que lo rodea. El aire más liviano sube y se enfría conforme va descendiendo. Se detiene cuando se ha enfriado hasta llegar a la misma temperatura que el aire que lo rodea.  

Es interesante que cuando las cosas “se calientan” al nivel del suelo que éstas crean las condiciones perfectas para elevarse. Nuestra respuesta natural cuando entramos en una situación tensa o “caliente”, es de caer al suelo y mantenernos cerca de la situación. Ponemos atención a los detalles, nos mantenemos vigilantes, y simplemente “sobre llevamos” las cosas hasta que pasen o “se enfríen”. ¿No es así como muchos de nosotros pasamos por la vida?

El calentamiento del nivel del suelo crea la oportunidad de elegir. Podemos mantenernos en el suelo, mantenernos con la mirada en los pasos que siguen, en la situación adversa o “caliente”, lo inmediato y lo que absorbe toda nuestra atención, o podemos permitir que las circunstancias nos eleven, nos enseñen, y que nos sostengan.  

Es importante que entendamos que los caminos de Dios y Su Reino muchas veces son contrarios a los caminos del mundo. Entre más intentamos entender Sus caminos, de aprender a pensar y vivir nuestra vida como Dios lo piensa, más nos acercamos a Dios. Además, entre más nos rendimos a Él, tenemos más oportunidades de escoger las cosas que se distinguen de la multitud que nos rodea.  

Los termales son un ejemplo excelente de esto.  

Muchas veces nuestras circunstancias pueden hacernos sentir que estamos caminando por el fuego. Nos podemos sentir golpeados, derrotados, y agotados. Nos enfocamos en el problema, en el encontrar una solución, en el sobrevivir. Naturalmente no vemos esta etapa de la vida como una oportunidad de encontrar la libertad que no hemos experimentado antes, de mirar hacia arriba y encontrar claridad, y de planear fácilmente por los aires.  

Esto es el reto de hoy, y a través de este devocional en conjunto. 

Sabemos que Dios puede usar la tormenta de la cual estamos pidiendo a Dios que nos rescate como el mismo rescate que necesitamos, pero este concepto de elevarse está a otro nivel más alto. ¿Estoy dispuesto a superar la situación? ¿De permitirle a Dios usar el “calor” de la situación para proveer la manera de buscar nuevas alturas?