[Serie Máximo Gozo] Libre de la OscuridadMuestra

La corrección del 2do error: confesión (1:9)

En su carta, el apóstol Juan corrige la segunda respuesta impropia (negar que tenemos una naturaleza pecaminosa después de convertirnos en cristianos) con la verdad correspondiente.

La corrección: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos perdonará y nos limpiará de toda maldad” (1:9).

Si queremos disfrutar y vivir en comunión con un Dios que es luz, entonces debemos confesar nuestros pecados. Confesar significa estar de acuerdo, reconocer nuestras malas acciones. Tan claro y simple como eso. Ahora, vamos a profundizar más.

La palabra "nuestro" en la frase "si confesamos nuestros pecados" no está literalmente en el texto. En griego, la palabra que se usa aquí es nuestro término en español “el”. Se usa para especificar algo. Son los pecados específicos que conozco (de los que soy consciente) los que rompen la comunión entre Dios y yo. La conciencia de nuestras ofensas rompen la comunión con nuestro Padre amoroso.

Si confesamos estos pecados (específicos) de los que somos conscientes, Dios es fiel y justo para perdonar. Nuevamente, la palabra que Juan usa aquí en el griego para perdonar nunca se usa en el evangelio de Juan cuando habla de la relación entre el hombre y Dios. Para Juan, el perdón es personal, no judicial. En este caso, se trata de comunión, no de relación. Nuestra relación eterna con Dios (Padre / hijo) es una de las razones por las que Él siempre nos perdonará porque Él es justo; fuimos declarados justos en la corte del cielo para siempre.

 La pregunta que surge de esta hermosa verdad es: ¿Cómo puede Dios perdonar una y otra vez por el mismo pecado? ¿Alguna vez te has sentido golpeado por la conciencia de tu pecado e incluso avergonzado de acudir a Dios en oración una vez más para pedir su perdón? Mi querido hermano y hermana, tu Padre te está esperando con los brazos abiertos. Está en Su naturaleza perdonar. Recuerda que en el mismo versículo (v.9) Juan dice que Dios es fiel y justo para perdonar. ¡Oh, qué maravillosa descripción de nuestro Padre amoroso es esta! Dios es fiel, Él ha prometido perdonar y Su perdón por nuestra comunión se basa en Su perdón por nuestra relación.

La promesa final en el versículo nueve es lo que yo llamo la cereza de la torta. La verdadera confesión nos permite recibir el perdón de toda injusticia. Puedes preguntarte, ¿Qué quieres decir? ¿No has dicho que, si confieso los pecados específicos (aquellos de los que soy consciente), soy perdonado? La respuesta a tu pregunta es: "Sí, lo eres". Pero, "toda injusticia" se refiere a todo el resto de los pecados y los pecados de los que no eres consciente. Dios ve todos mis pecados y cuando confieso, no solo me perdona el pecado del que soy consciente, sino que también me limpia de todos los pecados de mi vida de los que no soy consciente. ¿Puedes regocijarte junto conmigo? Nuestro Padre Celestial está dispuesto a perdonar todo pecado.