[Serie Máximo Gozo] Ama a tu hermano y reconoce tus verdaderos enemigosMuestra

La premisa: amor = guarda mis mandamientos (2:3)

¿Estás experimentando gozo al máximo como resultado de una relación profunda y significativa con Dios? Si no estás experimentando este tipo de alegría, es porque hay una barrera que bloquea tu camino. En nuestra segunda serie de devocionales, analizamos el primer principio, "Vivir correctamente", en el que se nos presentaron los principios básicos de cómo lidiar con nuestro pecado, ya que no somos inmaculados después de ser justificados (posición). Todavía pecamos (condición), y es por eso que confesar nuestro pecado y reconocer nuestra necesidad de un intercesor ante Dios (Jesús) es esencial.

La estructura que usa el apóstol Juan es simple; presenta la verdad en tríadas. En el capítulo 2, versículo 3, comienza una nueva sección con el mensaje principal, seguido por tres respuestas con las palabras "El que afirma ..." (NVI) en los versículos 4, 6 y 9. La verdad vital que vemos en este capítulo no es lo único importante; también comienza una nueva sección que termina en el capítulo 2 versículo 11. El tema principal de esta sección es el amor. Las palabras de Juan rápidamente nos hacen eco al discurso de despedida de la Última Cena. 

La Premisa: “Sabemos que hemos llegado a conocerlo si guardamos sus mandamientos” (2:3) NVI.

El contexto en el que se establece la premisa es el amor y, especialmente, el amar a nuestros hermanos y hermanas. Nuestro pecado personal es la primera barrera que bloquea nuestro camino hacia la comunión con Dios (no así a la relación). Los problemas relacionales con otros cristianos es la segunda gran barrera en la mente de Juan. Nuestro amor por Dios se perfecciona cuando mantenemos Su Palabra y, amar a nuestros hermanos y hermanas es crucial.

Recordemos que, para caminar en la luz, necesitamos confesar los pecados que conocemos. Este nivel de comunión es algo que un nuevo creyente puede abandonar.

En el capítulo 2, tenemos comunión a un nivel más profundo. A medida que nos comunicamos con Dios en su lenguaje de amor (guardamos sus mandamientos), Él revela más y más de su amor por nosotros. Jesús nos dice que su Padre nos ama y que se manifestará a nosotros. Esta es precisamente la forma en que se llevan las relaciones de amor, a un nivel de mayor profundidad. Revelamos un poco de nosotros mismos un poco a la vez y nuestros sentimientos tienden a intensificarse, a medida que cada uno revela o manifiesta un poco más de sí mismo.

Mi pregunta para ti hoy es, ¿te gustaría tener una relación tan profunda con Dios que Él se revele a tu vida? Si la respuesta es sí, entonces ámalo, guarda sus mandamientos. Un nuevo nivel de intimidad te espera.